Tribuna:

Rumores al descubierto

La Comisión del Mercado de Valores estadounidense (la SEC) ha prometido medidas enérgicas contra la manipulación del mercado por parte de quienes toman posiciones bajistas. Pero eso es algo difícil de demostrar; en muchos casos, las acusaciones resultan no ser más que pataletas de empresas en apuros. De modo que se apuntó una rara victoria a medias cuando alcanzó un acuerdo contra un agente que, según la Comisión, ganó 26.000 dólares (unos 16.600 euros) vendiendo al descubierto acciones de Alliance Data Systems (ADS) tras difundir rumores falsos.

El problema es que la SEC sólo sacó unos...

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La Comisión del Mercado de Valores estadounidense (la SEC) ha prometido medidas enérgicas contra la manipulación del mercado por parte de quienes toman posiciones bajistas. Pero eso es algo difícil de demostrar; en muchos casos, las acusaciones resultan no ser más que pataletas de empresas en apuros. De modo que se apuntó una rara victoria a medias cuando alcanzó un acuerdo contra un agente que, según la Comisión, ganó 26.000 dólares (unos 16.600 euros) vendiendo al descubierto acciones de Alliance Data Systems (ADS) tras difundir rumores falsos.

El problema es que la SEC sólo sacó unos 150.000 dólares (96.154 euros) en multas al agente, quien, según el organismo, hizo desaparecer temporalmente alrededor de 1.000 millones de dólares (641 millones de euros) del valor de mercado de ADS. No es una cantidad como para disuadir a nadie.

Las alegaciones sobre la existencia de vendedores al descubierto que se lucran gracias a la difusión de falsos rumores rondan desde hace tiempo por las empresas con problemas. Un ejemplo reciente fue la crisis de Bear Stearns, desatada según algunos accionistas por rumores maliciosos.

Aunque el caso de ADS parece una nimiedad en comparación con la debacle de Bear, muestra que la SEC puede presentar acusaciones cuando encuentra pruebas. El agente, Paul Berliner, que trabajaba para un intermediario financiero con sede en Nueva York llamado Schottenfeld Group, supuestamente difundió este rumor a través de mensajes por móvil. Debe de haber sido muy fácil seguirle el rastro. Berliner alcanzó un acuerdo sin admitir ni negar su culpa, lo que probablemente significa que los argumentos de la SEC no eran infalibles. Pero así y todo, dejarle marchar con sólo un tirón de orejas puede que no contribuya demasiado a disuadir a la gente sin escrúpulos que se dedica a difundir rumores, sobre todo si se esmeran un poco más en ocultar su rastro. -

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