La Xunta marcará por ley los límites del voluntariado
Una nueva ley marcará los límites entre lo que es voluntariado y lo que no. El objetivo es evitar que las administraciones eludan sus responsabilidades, delegando en entidades sociales las labores que les corresponden en terrenos como la inclusión o la cooperación. Es lo que pretende la Xunta con el anteproyecto de ley de acción voluntaria, que presentó ayer el vicepresidente del gobierno, Anxo Quintana.
"El trabajo de un voluntario no puede sustituir en ningún caso las tareas que están obligadas a realizar las administraciones públicas. El voluntariado debe ser complementario", afirmó ...
Una nueva ley marcará los límites entre lo que es voluntariado y lo que no. El objetivo es evitar que las administraciones eludan sus responsabilidades, delegando en entidades sociales las labores que les corresponden en terrenos como la inclusión o la cooperación. Es lo que pretende la Xunta con el anteproyecto de ley de acción voluntaria, que presentó ayer el vicepresidente del gobierno, Anxo Quintana.
"El trabajo de un voluntario no puede sustituir en ningún caso las tareas que están obligadas a realizar las administraciones públicas. El voluntariado debe ser complementario", afirmó Quintana. El texto fija, por otro lado, una regulación específica de los derechos y los deberes de las 712 entidades y los 30.000 voluntarios que hay en Galicia. Los voluntarios deberán estar acreditados mediante una tarjeta y se creará un registro para todas las entidades.
Un Consello Interdepartamental de Acción Voluntaria coordinará las actuaciones de la Administración gallega, "porque todos los departamentos tienen que tener en cuenta el voluntariado", afirmó el vicepresidente. El nuevo texto prevé garantizar la formación de las personas voluntarias con una Escuela de Acción Voluntaria: "No basta con querer ayudar; también hay que saber cómo hacerlo". El anteproyecto ha sido fruto "del consenso", explicó Quintana, "entre todos los agentes sociales implicados". Por eso, espera mantener este mismo consenso en lo que resta de tramitación, primero en el Gobierno y luego en el Parlamento, donde espera lograr el apoyo de la oposición a un texto comprometido en el Plano Galego de Voluntariado 2006-2010.