Reportaje:ELECCIONES 2008 | Campaña electoral

Un retraso histórico

La Junta prevé mejorar el nivel de los alumnos con la nueva Ley de Educación

La situación de la educación en Andalucía concita opiniones encontradas, incluso entre los especialistas. Lo cierto es que los datos ofrecidos a finales de 2007 por el Informe PISA son preocupantes. El Informe PISA coloca a Andalucía en el último lugar de las 10 comunidades autónomas presentadas. La Consejería de Educación vincula estos pobres resultados con el histórico retraso en este ámbito en Andalucía antes de la autonomía, que fue aprobada en 1980. Andalucía cuenta con un 28% de hogares en los que los estudios más altos no llegan ni a los obligatorios (en España la cifra se reduce al 16%...

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La situación de la educación en Andalucía concita opiniones encontradas, incluso entre los especialistas. Lo cierto es que los datos ofrecidos a finales de 2007 por el Informe PISA son preocupantes. El Informe PISA coloca a Andalucía en el último lugar de las 10 comunidades autónomas presentadas. La Consejería de Educación vincula estos pobres resultados con el histórico retraso en este ámbito en Andalucía antes de la autonomía, que fue aprobada en 1980. Andalucía cuenta con un 28% de hogares en los que los estudios más altos no llegan ni a los obligatorios (en España la cifra se reduce al 16%). En Andalucía se examinaron 1.463 alumnos de 15 años para conocer su formación en Ciencias dentro del Informe PISA. Andalucía obtuvo 474 puntos en una escala que va de los 563 puntos de Finlandia a los 322 de Kirguizistán. Andalucía logró una media similar a la de países como Italia, Portugal y Grecia.

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La competencia en Lectura y Matemáticas fue un área complementaria en el Informe PISA. El alumnado de 15 años de Andalucía obtuvo un resultado de 463 puntos en Matemáticas, lo que lo sitúa en un grupo formado por Croacia, Portugal, Italia y Grecia. En cuanto a Lectura el alumnado andaluz logró 445 puntos. Los chicos andaluces se sitúan en un grupo en el que figuran Turquía, Chile, Rusia e Israel.

La Junta sostiene que la Ley de Educación de Andalucía (LEA), aprobada a finales de 2007, mejorará la situación. Se trata de una ley debatida y consensuada con toda la comunidad educativa y aprobada en el Parlamento con la única excepción del PP. Es una ley que busca mejorar el conocimiento en matemáticas y en comprensión lectora. La ley prevé el incentivo al profesorado. Así, la Consejería de Educación plantea a los centros educativos públicos que tracen sus objetivos para mejorar el rendimiento del alumnado a partir de su propia realidad.

Un centro de una barriada de nivel socioeconómico bajo no se planteará lo mismo que un centro con un nivel mejor por sus propias condiciones socioeconómicas. El profesorado cobrará más por el compromiso de alcanzar esos objetivos. Habrá una agencia externa que evaluará si esos objetivos se alcanzan o no.

La LEA prevé que, al menos, la mitad de los centros ofrecerá educación bilingüe en 2012. Y en la totalidad de ellos habrá un ordenador por cada dos alumnos. La nueva ley cuenta para llevarse a la práctica con una memoria económica que garantiza un presupuesto de 1.175 millones de euros destinados a los próximos cinco años. Esta inversión da cobertura a 15.000 nuevos profesores y 2.200 empleados de Personal de Administración y Servicios (PAS).

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Las opiniones de profesores y especialistas en el terreno de la educación varían. Juan Mata, profesor de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Granada, califica de "aceptable" el nivel del alumnado. "Quisiera, sobre todo, combatir la idea de que está peor que antes. El nivel del alumnado no está peor que antes. Hay alumnos muy buenos, como siempre los ha habido. Ahora, hay más alumnos que acceden a la Universidad y al sistema universal de educación. Y eso puede crear la sensación de que ha bajado el nivel, pero eso no es científico", dice Mata.

En cambio, Ramón Serrera, catedrático de Historia de América de la Universidad de Sevilla, considera preocupante la situación educativa. "Llevo 36 años como docente en cinco universidades. Cada vez llega gente a la Universidad con el nivel medio más bajo. El nivel de conocimientos es muy bajo. El empleo del lenguaje a nivel escrito y oral es paupérrimo. Hay excepciones. Normalmente suelen ser alumnos que leen mucho", comenta Serrera.

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