LA CALLE | No funciona

Teoría y práctica

El Ayuntamiento de Barcelona sostiene de puertas afuera que es partidario de reducir la presencia del coche y de potenciar el transporte público. Pero cada vez que puede demuestra lo contrario. Algunos vecinos del barrio de Les Corts han comentado a esta sección la permisividad que muestra el Consistorio con los automovilistas que acuden con su vehículo al Camp Nou en días de partido. El distrito entero, y en especial la zona de la avenida Diagonal, se convierte en ciudad sin ley: todo está permitido, exista Dios o no (con permiso de Tolstoi). Sobre todo está permitido aparcar: en aceras, pase...

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El Ayuntamiento de Barcelona sostiene de puertas afuera que es partidario de reducir la presencia del coche y de potenciar el transporte público. Pero cada vez que puede demuestra lo contrario. Algunos vecinos del barrio de Les Corts han comentado a esta sección la permisividad que muestra el Consistorio con los automovilistas que acuden con su vehículo al Camp Nou en días de partido. El distrito entero, y en especial la zona de la avenida Diagonal, se convierte en ciudad sin ley: todo está permitido, exista Dios o no (con permiso de Tolstoi). Sobre todo está permitido aparcar: en aceras, paseos, vados. Lo que haga falta.

Un portavoz del área de Vía Pública sostiene que las medidas que se toman (que permiten todo tipo de desmanes por parte de algunos automovilistas) están encaminadas a "agilizar el tráfico de vehículos y personas". Bien es verdad que resulta harto complicado entender cómo pueden circular mejor las personas por aceras a rebosar de coches. Salvo unos encima de otros, se les puede encontrar en cualquier parte. No importa que alguien llegue a pensar que ya no caben más coches: el conductor avezado encontrará hueco donde parecía no haberlo.

Informados los vecinos reclamantes (siempre hay gente dispuesta a protestar por todo, incluso por no poder andar por las aceras) creen que el Ayuntamiento de Barcelona es extraordinariamente timorato en su política de tráfico. Si, como dice el portavoz, permitir que cada conductor haga lo que le venga en gana agiliza el tráfico de todo el mundo ¿por qué no lo permite todos los días y limita la permisividad tan efectiva a los días de partido? No hubo respuesta del portavoz a la pregunta, más allá de considerarla poco pertinente.

TMB anuncia antes de cada partido los refuerzos de metro y autobús para que la gente vaya al campo. Algunos de los que asisten lo hacen desde fuera de Barcelona, zonas con gran déficit de transporte colectivo más allá de la medianoche. Con todo, lo que más llama la atención es la permisividad municipal: discurso a favor del transporte público y práctica tolerante con el coche.

Para quejas sobre las administraciones y empresa públicas, pueden dirigirse a catalunya@elpais.es a la atención de Francesc Arroyo.

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