Cartas al director

Muerte de un miliciano

La aparición recientemente en México, de dos maletas de negativos fotográficos de Robert Capa, ha dado lugar a la publicación en su periódico de un artículo y un comentario, El acento, relacionados ambos con ese fotógrafo y su foto titulada Muerte de un miliciano, famosa en todo el mundo, expuesta en muchas galerías y museos, incluidos el MOMA de Nueva York y el Reina Sofía de Madrid.

Recuerdo haber visto por primera vez esta fotografía hacia 1937, probablemente en el pabellón de España de la Expo 37, en París, donde también se exhibió por primera vez el Guernica, d...

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La aparición recientemente en México, de dos maletas de negativos fotográficos de Robert Capa, ha dado lugar a la publicación en su periódico de un artículo y un comentario, El acento, relacionados ambos con ese fotógrafo y su foto titulada Muerte de un miliciano, famosa en todo el mundo, expuesta en muchas galerías y museos, incluidos el MOMA de Nueva York y el Reina Sofía de Madrid.

Recuerdo haber visto por primera vez esta fotografía hacia 1937, probablemente en el pabellón de España de la Expo 37, en París, donde también se exhibió por primera vez el Guernica, de Picasso.

Al igual que en los dos artículos citados más arriba, durante muchos años la contemplación del miliciano herido de muerte (en realidad, ya muerto), iba acompañada, mentalmente, de los comentarios de siempre sobre su posible trucaje.

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En noviembre de 2003, Ediciones Aldeasa, publicó Robert Capa-La biografía, de Richard Whelan, con patrocinio de la Obra Social de Caja Cantabria, complementada con Fotografías de la Guerra Civil. En la colección del Museo Nacional de Arte Reina Sofía.

En esa biografía muy bien documentada, queda evidente que en las tres fotos que anteceden a la foto de la muerte, el grupo de milicianos que saltan por encima de la trinchera -dentro de la cual está ubicado el fotógrafo- están escenificando una acción para que los reporteros (había más de uno), tomasen fotos bélicas, pero... esto ocurrió en Cerro Muriano, aquellos días campo de batalla, y el movimiento de los milicianos y los tiros que dispararon recibieron respuesta de una ametralladora del bando opuesto, que mató a dos milicianos, el de la foto famosa y a otro que puede verse en otra foto de la colección.

La Muerte de un miliciano fue real (recibió el tiro en la cabeza).

El miliciano de Cerro Muriano fue posteriormente identificado en 1996. Era Federico Borrell García, pertenecía a la Milicia Republicana de Alcoy.

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