Las cajas catalanas prevén que se duplique la morosidad

Las entidades acumulan fondos para los malos tiempos

Hubo tiempos peores. Hace tres lustros, las entidades financieras se encontraron con que las familias y las empresas vieron flaquear mucho más que ahora su capacidad para devolver los créditos. Y es ese elevado nivel de morosidad de mediados de los noventa, que superó cómodamente el 5% y hasta el 6% de la inversión crediticia, el primer argumento que esgrimen hoy los gestores de las cajas para tranquilizar sobre la situación de sus créditos con dudas e interrogantes.

En 2007, la tasa de morosidad se ha duplicado en la mayoría de los casos. Las cajas prevén que se vuelva a duplicar este ...

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Hubo tiempos peores. Hace tres lustros, las entidades financieras se encontraron con que las familias y las empresas vieron flaquear mucho más que ahora su capacidad para devolver los créditos. Y es ese elevado nivel de morosidad de mediados de los noventa, que superó cómodamente el 5% y hasta el 6% de la inversión crediticia, el primer argumento que esgrimen hoy los gestores de las cajas para tranquilizar sobre la situación de sus créditos con dudas e interrogantes.

En 2007, la tasa de morosidad se ha duplicado en la mayoría de los casos. Las cajas prevén que se vuelva a duplicar este año e incluso a que se triplique en dos o tres años, hasta colocarse en el 3%, cuando hasta ahora estaba por debajo del 1%.

En un entorno de crisis financiera, frenazo inmobiliario, restricción del crédito y aumento del paro, el segundo argumento tranquilizador de las cajas es la prudencia que han practicado, guiadas por el Banco de España, a la hora de hacerse un colchón de dotaciones millonarias; no sólo las específicamente reservadas para situaciones de impago ya detectadas, sino también las genéricas, el cajón del por si acaso.

"Este colchón es hoy mucho mayor que el que había en los noventa y, además, las previsiones de las cajas son escenarios de máximos que no necesariamente van a cumplirse", afirma Ferran Sicart, director general de Política Financiera y Seguros. El todavía director general de Caixa Catalunya, Josep Maria Loza, apostilló en la presentación de resultados que "la morosidad que crece es la minorista, la de los créditos de los particulares, que obliga a realizar dotaciones, pero que después en parte se recupera". Pese a todo, "la morosidad siempre es preocupante", subraya Jordi Mestre, director general de Caixa Sabadell, para quien una tasa del 3% sería "asumible". En 2007, esta entidad ha duplicado la suya, hasta el 1,14%, respecto a la media (0,9%).

La más pequeña de las cajas catalanas, la de Manlleu, prevé que su tasa se triplicará y alcanzará el 3% en su plan estratégico hasta 2011. El plan hasta 2010 de Caixa Terrassa, una de las cajas con un nivel más bajo (0,65%), prevé que ésta se dispare hasta el 2,25%. Enric Mata, su director general, coincide con sus colegas en que los fondos para insolvencias suponen una cobertura de la morosidad "más que suficientes"; en el caso de su entidad, del 250%. La Caixa, que podía sacar pecho con un bajísimo 0,33% en 2006, ha visto escalar la tasa al 0,55%, con una cobertura del 281%. Juan María Nin, su primer ejecutivo, augura que la línea ascendente proseguirá este año, "pero sin saltos importantes". Caixa Manresa, que venía de un 0,6%, cree que en 2008 llegará a triplicarse, hasta el 1,8%. A Caixa Girona, encima, se le ha disparado la morosidad (del 0,47% al 1,1%) en parte por la estafa de que fue objeto en una sucursal de Malgrat de Mar. "Es difícil saber adónde llegaremos, si a más del 3% o no. Pero, sin duda, viene una época de más morosidad", prepara el terreno Ricard Pagès, director de Caixa Penedès.

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