El alto precio del pescado invitó a faenar pese a la alerta
Galicia lleva desde el pasado viernes en alerta naranja por el mal tiempo pero frente a sus costas eran muchos los pesqueros que, como el Cordero, salieron a faenar durante los últimos días. La demanda de pescado que, por su escasez, triplicó en un mes su precio habitual en las lonjas, como es el caso de la sardina, la xarda o el jurel, lleva a los armadores a hacer caso omiso de condiciones meteorológicas adversas y enviar su flota de barcos a pescar.
Las autoridades marítimas informan "de manera clara y transparente cada cuatro horas del estado del mar", destacó en Ribeira la m...
Galicia lleva desde el pasado viernes en alerta naranja por el mal tiempo pero frente a sus costas eran muchos los pesqueros que, como el Cordero, salieron a faenar durante los últimos días. La demanda de pescado que, por su escasez, triplicó en un mes su precio habitual en las lonjas, como es el caso de la sardina, la xarda o el jurel, lleva a los armadores a hacer caso omiso de condiciones meteorológicas adversas y enviar su flota de barcos a pescar.
Las autoridades marítimas informan "de manera clara y transparente cada cuatro horas del estado del mar", destacó en Ribeira la ministra de Pesca, Elena Espinosa. "El resto es responsabilidad individual", advirtió, al tiempo que pedía prudencia a la hora de esclarecer las causas de este naufragio. Marina Mercante ya abrió un expediente para conocer las razones del hundimiento. Pero la prioridad es ahora desplegar "todos los medios, sin poner en riesgo ninguna vida más" para intentar localizar a los cuatro tripulantes desaparecidos, precisó Espinosa. El Gobierno, según la ministra, no puede prohibir faenar, salvo en caso de alerta roja, que es cuando las capitanías marítimas deciden si cierran o no un puerto.
El temporal que se desató durante la mañana de ayer, con la previsión de vientos de más de 100 kilómetros por hora y olas de diez metros, fue avisado con tiempo, remarcó por su parte el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, que acudió a A Coruña a visitar a los supervivientes. Fue precisamente esa alerta lo que llevó al Cordero así como otros pesqueros que faenaban en caladeros del norte de A Coruña a emprender durante la noche del lunes al martes el regreso a puerto.