La oposición denuncia fraude en Georgia
Unos 35.000 partidarios de la oposición georgiana salieron ayer a la calle en la capital del país, Tbilisi, para protestar contra presuntos fraudes en las elecciones presidenciales celebradas el pasado 5 de enero, que confirieron un segundo mandato a Mijaíl Saakashvili con el 53% de votos en primera ronda.
"Saakashvili es un presidente ilegítimo. Las elecciones fueron falsificadas, no reconocemos los resultados oficiales y exigimos una segunda vuelta", arengó Leván Gachechiladze, líder de la oposición unificada, una alianza de nueve partidos.
Los observadores internacionales que ...
Unos 35.000 partidarios de la oposición georgiana salieron ayer a la calle en la capital del país, Tbilisi, para protestar contra presuntos fraudes en las elecciones presidenciales celebradas el pasado 5 de enero, que confirieron un segundo mandato a Mijaíl Saakashvili con el 53% de votos en primera ronda.
"Saakashvili es un presidente ilegítimo. Las elecciones fueron falsificadas, no reconocemos los resultados oficiales y exigimos una segunda vuelta", arengó Leván Gachechiladze, líder de la oposición unificada, una alianza de nueve partidos.
Los observadores internacionales que presenciaron el voto -estadounidenses y de la OCSE- lo calificaron de "democrático", aunque denunciaron algunas irregularidades. El protocolo oficial que certifica la victoria de Saakashvili fue suscrito sólo por los miembros de la comisión electoral del área política del presidente.
"No me interesa lo que digan los observadores internacionales. Me preocupa lo que piense mi pueblo", replicó Gachechiladze, que obtuvo un 26% de los votos en las elecciones y que adelantó que la oposición tiene previsto celebrar "multitudinarios actos pacíficos de protesta".
Saakashvili, un firme aliado de EE UU, fue elegido en 2004 con el 96% de los votos, y ha desarrollado durante su mandato un programa de reformas económicas marcadamente liberal. El PIB georgiano creció durante los últimos años a un ritmo del 12%, también gracias a ingentes inversiones extranjeras.
Los críticos de la gestión de Saakashvili denuncian la fuerte corrupción que ha marcado su Administración, y la incapacidad por establecer en el país, de unos 4,5 millones de habitantes, una mayor cohesión social.
Gachechiladze, antiguo colaborador de Saakashvili, le acusa de traicionar los principios democráticos y de convertirse en un dirigente "autoritario". Muchos analistas consideran que la oposición intenta cabalgar el descontento popular para consolidar posiciones para las elecciones legislativas que se celebrarán dentro de unos meses.