Columna

La China de los JJ OO

China fue uno de los protagonistas más destacados de 2007 por su economía, que creció alrededor del 11,5%, y lo volverá a ser en 2008 por la celebración en agosto de los Juegos Olímpicos (JJ OO). Al revés que en otros países más pequeños, en China no será necesario que las infraestructuras de los JJ OO tiren de la economía, pero éstos devendrán en un escaparate muy preciso de la marcha de ese gigantesco país hacia la normalidad. El desarrollo de los derechos humanos, el lugar de los disidentes, las relaciones con Tíbet y Taiwan, la extensión de la libertad de expresión a través de Internet, la...

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China fue uno de los protagonistas más destacados de 2007 por su economía, que creció alrededor del 11,5%, y lo volverá a ser en 2008 por la celebración en agosto de los Juegos Olímpicos (JJ OO). Al revés que en otros países más pequeños, en China no será necesario que las infraestructuras de los JJ OO tiren de la economía, pero éstos devendrán en un escaparate muy preciso de la marcha de ese gigantesco país hacia la normalidad. El desarrollo de los derechos humanos, el lugar de los disidentes, las relaciones con Tíbet y Taiwan, la extensión de la libertad de expresión a través de Internet, la frustración de los que se han quedado atrás en el modelo de comunismo de mercado, etcétera, serán un espejo para el resto del mundo. Se explicitarán, como se decía antes, las contradicciones entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción.

Nada preocuparía más que la coincidencia de una recesión americana y el recalentamiento chino

Mientras Spielberg ayuda a producir las ceremonias de apertura y de clausura de los JJ OO, en el terreno económico se seguirán ajustando las tuercas de un gigantesco país emergente que cuenta con unas reservas de divisas de más de 1,2 billones de dólares. China es el país que más contribuye al crecimiento económico mundial desde hace un septenio; en 2006 aportó un 25% de ese crecimiento. Veamos algunos datos que manifiestan esa pujanza: en 2008, las exportaciones chinas superarán a las de Alemania (ya lo han hecho con las de EE UU), deviniendo en el principal país exportador del mundo. Pronto se convertirá en la tercera economía mundial (medido su PIB según los tipos de cambio del mercado), detrás de la de EE UU y Japón. En este mismo ejercicio, los usuarios chinos de Internet ya serán más que los norteamericanos y, por supuesto, los más numerosos del planeta. Las empresas chinas aprovecharán el escaparate de los JJ OO para mostrarse al mundo no ya como inmensas proveedoras de mano de obra barata, sino como avanzadilla tecnológica; Lenovo, su fabricante de ordenadores, que hace dos años compró a IBM la división de ordenadores portátiles, no es una excepción. Y en los últimos tiempos, los fondos soberanos (de propiedad pública) están entrando en el corazón del capitalismo occidental, comprando parte de sus empresas más paradigmáticas.

Pero los JJ OO también podrían ser el escaparate de las contradicciones que el modelo de "un país, dos sistemas" ha multiplicado. Por ejemplo, las extraordinarias desigualdades; o estar a la cabeza de la clasificación mundial de la emisión de gases de efecto invernadero, que provocan el cambio climático (en términos absolutos; las emisiones per cápita de los estadounidenses seguirán siendo cuatro veces más grandes que las de los ciudadanos chinos).

La incógnita es qué pasará después de los Juegos Olímpicos. En los últimos tiempos ha aumentado la inflación en China, y hay analistas que interpretan que su economía ha crecido demasiado en muy poco tiempo. Nada preocuparía más al resto del planeta que un escenario en el que coincidiese una recesión en EE UU con un recalentamiento chino. -

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