Alonso elude aclarar si seguirán las tropas en un Kosovo autónomo

El ministro de Defensa, José Antonio Alonso, eludió ayer anticipar si España retirará sus tropas de Kosovo -600 soldados- en el probable caso de que la provincia serbia declare unilateralmente la independencia a partir del lunes, cuando concluye el plazo para alcanzar un acuerdo que se antoja inviable. "Es el momento de arrimar el hombre, no de adelantar criterios", dijo Alonso, tras entrevistarse en el aeropuerto de Split (Croacia) con su homólogo alemán, Franz Josef Jung, con el ministro de Exteriores portugués, Luis Felipe Amado Marqués, y con el Alto Representante de la UE para la política...

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El ministro de Defensa, José Antonio Alonso, eludió ayer anticipar si España retirará sus tropas de Kosovo -600 soldados- en el probable caso de que la provincia serbia declare unilateralmente la independencia a partir del lunes, cuando concluye el plazo para alcanzar un acuerdo que se antoja inviable. "Es el momento de arrimar el hombre, no de adelantar criterios", dijo Alonso, tras entrevistarse en el aeropuerto de Split (Croacia) con su homólogo alemán, Franz Josef Jung, con el ministro de Exteriores portugués, Luis Felipe Amado Marqués, y con el Alto Representante de la UE para la política exterior y de seguridad común, Javier Solana.

Los cuatro acabaron recalando en la ciudad de la costa dálmata después de que las condiciones meteorológicas les impidieran aterrizar en Sarajevo, donde tenían previsto acudir a la toma de posesión del general español Ignacio Martín Villalaín como jefe de la misión de la UE en Bosnia-Herzegovina. A pesar del contratiempo, Alonso calificó la jornada de "histórica" y recordó que es la primera vez que España asume el mando de una operación internacional, en la que participan 2.100 militares de 31 países.

Pese a la importancia del evento, las miradas estaban puestas ayer más el sur, en Prístina, donde el Gobierno del ex guerrillero Hasmim Thaçi podría declarar la independencia a partir del 10 de diciembre. Alonso reconoció que "las cosas no van bien", en alusión a los esfuerzos de la troika (EE UU, UE y Rusia) por lograr un acuerdo consensuado entre serbios y kosovares, pero se resistió a darlo todo por perdido.

España es, con Grecia y Rumania, uno de los países de la UE más opuestos a la independencia de Kosovo, por su efecto en otras regiones con aspiraciones separatistas. No obstante, insiste en la importancia de preservar la unidad de la UE, por lo que finalmente podría ser arrastrada a una política de hechos consumados.

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