Un accidente en la mayor tubería deja sin agua a 230.000 bilbaínos

Una pieza de hormigón desprendida de una grúa reventó la conducción

Más de 230.000 bilbaínos (dos tercios de los vecinos de la capital vizcaína) sufrieron ayer las molestias y problemas de quedarse sin agua corriente durante cerca de tres horas. Un accidente registrado en las obras de sustitución de la tubería principal que abastece a la capital dejó sin el servicio a dos tercios de la población. Peor suerte tuvo otro millar de vecinos del barrio de Rekalde, que permanecieron diez horas sin suministro.

El percance ocurrió a las 8.30, cuando una grúa trabajaba en Rekalde en las obras previas a la sustitución de la tubería principal que procede del depósi...

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Más de 230.000 bilbaínos (dos tercios de los vecinos de la capital vizcaína) sufrieron ayer las molestias y problemas de quedarse sin agua corriente durante cerca de tres horas. Un accidente registrado en las obras de sustitución de la tubería principal que abastece a la capital dejó sin el servicio a dos tercios de la población. Peor suerte tuvo otro millar de vecinos del barrio de Rekalde, que permanecieron diez horas sin suministro.

El Ayuntamiento envió tres aljibes para atender a los afectados
Mil vecinos de Rekalde se quedaron sin suministro más de 10 horas
"No he servido cafés y a la hora del poteo he cerrado", decía una hostelera

El percance ocurrió a las 8.30, cuando una grúa trabajaba en Rekalde en las obras previas a la sustitución de la tubería principal que procede del depósito de Elejabarri, que abastece a 230.000 de los más de 354.000 bilbaínos. El consistorio iba a reemplazarla el próximo domingo, dentro de su plan de renovación de las conducciones -muchas de más de 50 años de antigüedad- iniciado hace siete años. En el momento en que la grúa iba retirar un prisma de hormigón, se rompió la eslinga (el cable o cadena de acero que lo sujetaba) y el bloque cayó sobre la tubería, en la que abrió un boquete de dos metros.

La salida del agua a presión inundó cuatro garajes y otros cuatro locales situados en la zona, cerca del viaducto de la A-8. El suministro tuvo que interrumpirse y sólo los barrios de Otxarkoaga, Txurdinaga, Begoña, Santutxu y Bolueta se libraron de la falta de abastecimiento. Los técnicos municipales decidieron empalmar la red principal a la del depósito de emergencia de Larraskitu, lo que posibilitó que desde las 11.00 la mayoría de los afectados empezara a disponer de nuevo de agua. Sin embargo, en los pisos más altos de zonas como Indautxu se tuvo que esperar al mediodía y primeras horas de la tarde.

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"Esto es Rekalde"

La zona del accidente estaba repleta de operarios ayer por la tarde. En Rekalde, los vecinos se debatían entre la resignación y la indignación. "Esto es Rekalde, el abandono total", clamaba el mecánico de un taller. "Gajes del oficio", opinaba la empleada del Bar Molina, a 200 metros del lugar de la rotura. "Hemos estado sin agua hasta las 12, luego con poca presión y ahora a la tarde ya está normal".

En esa esquina, estaba aparcado uno de los tres camiones-aljibe dispuestos por el Ayuntamiento para ofrecer agua a los vecinos. Un chaval se acercó y llenó dos cubos. "Es para casa". El empleado municipal admitía que "no ha venido mucha gente" en busca del agua. Los aljibes fueron cambiando de ubicación según avanzaba la tarde, en función de la demanda de los vecinos. Arantza, dueña del café Urbe, calificaba la jornada de "desastre". "No he podido servir cafés, ni fregar. Y a la hora del poteo, he tenido que cerrar".

José y Carlos, dos vecinos de Rekalde, veían con resignación lo ocurrido. "Las mujeres son las que están más cabreadas. Con este día tan bueno, era ideal para sacar la colada".

Lo ocurrido era el tema del día. "Parece que ha vuelto el agua. Igual me puedo lavar y todo", comentaba por el móvil un taxista del barrio. "Aquí algunos están que trinan", aseguraba la responsable de la cafetería Legarreta, a escasos 20 metros del gran socavón originado. El concejal de Obras y Servicios, el peneuvista José Luis Bilbao, estaba junto a las obras a primera hora de la tarde. "Ya está todo controlado. Sólo queda la zona alta [de Rekalde]". Tras insistir en que fue un accidente fortuito, incidía en la necesaria renovación de la red general: 1.500 kilómetros de tuberías entre las conducciones de abastecimiento y saneamiento. Entre ellas está la renovación del depósito de Elejabarri, construido en 1930, y cuyo aljibe se vaciará para mejorar el suministro y el control sanitario. Buceadores tendrán que sumergirse cinco metros en el depósito para realizar la rehabilitación prevista.

La oposición en Bilbao criticó la actuación del gobierno local. El PP recordó un informe de la jefa de Agua del Ayuntamiento, de marzo de 2006, que advertía de que las reparaciones de la red se hiciesen "con muchísimo cuidado", dada la antigüedad de las tuberías. El portavoz popular Antonio Basagoiti pidió una indemnización para los vecinos perjudicados por el corte de agua. El socialista Txema Oleaga solicitó la comparecencia del concejal de Obras para que explique lo ocurrido.

Los bilbaínos sufren 2.000 cortes puntuales del suministro cada año por las labores de renovación de la red de agua potable, con tuberías que superan los 50 años de antigüedad.

Empleados municipales servían agua de uno de los camiones-aljibe a vecinos de Rekalde.LUIS ALBERTO GARCÍA

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