Análisis:

España, un socio menor

"España tiene celos de Francia". En titulares de prensa o en boca de algunos políticos marroquíes se ha interpretado la próxima visita de los Reyes a Ceuta y Melilla como una venganza por los éxitos cosechados hace dos semanas en Marruecos por el presidente Nicolas Sarkozy.

"La visita del presidente francés ha podido molestar a los intereses españoles en nuestro país, donde se firmaron contratos con Francia", declaró Abdelilá Benkiran, portavoz del islamista Partido de la justicia y del Desarrollo en la Comisión de Exteriores del Parlamento de Rabat.

Durante los tres días de esta...

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"España tiene celos de Francia". En titulares de prensa o en boca de algunos políticos marroquíes se ha interpretado la próxima visita de los Reyes a Ceuta y Melilla como una venganza por los éxitos cosechados hace dos semanas en Marruecos por el presidente Nicolas Sarkozy.

"La visita del presidente francés ha podido molestar a los intereses españoles en nuestro país, donde se firmaron contratos con Francia", declaró Abdelilá Benkiran, portavoz del islamista Partido de la justicia y del Desarrollo en la Comisión de Exteriores del Parlamento de Rabat.

Durante los tres días de estancia de Sarkozy en Marraquech se firmaron o apalabraron contratos por un importe de 3.000 millones de euros. El más importante consiste en la construcción del primer tramo de un tren de alta velocidad entre Tánger y Kenitra. El trazado continuará después hasta Marraquech.

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Contratos a dedo

Los contratos serán adjudicados a dedo a tres empresas francesas (Alstom, SNCF y Réseau Ferré de France), lo que descarta cualquier participación de compañías españolas como CAF u OHL que, en Argelia, sí desempeñan un papel en la modernización ferroviaria.

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"A la hora de cerrar grandes contratos, los marroquíes muestran aún una gran predilección por Francia", se lamenta un diplomático español en Rabat. La primera visita de Estado de Sarkozy a Marruecos ha provocado cierta amargura entre empresarios y diplomáticos españoles residentes en ese país.

Aún así todos niegan en España que la decisión de organizar la visita real, 32 años después de la entronización de Don Juan Carlos, se haya tomado por despecho. El motivo fue acabar con una anomalía.

"Pese a nuestros esfuerzos, empezando por la generosidad de nuestra cooperación -Marruecos es el principal destinatario de la ayuda española al desarrollo-, no somos correspondidos", recalca el mismo diplomático. "Somos aún un socio secundario en comparación con Francia", añade.

El hombre de confianza del rey Mohamed VI, Fuad Alí Himma, sostuvo, el viernes por la noche, ante una comisión parlamentaria, que Marruecos correspondía con creces poniendo todo su empeño en luchar contra la inmigración clandestina, el tráfico de drogas y el terrorismo, para satisfacer a España y, de paso, a Europa.

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