El declive del ladrillo

Los mercados, que alentaron hasta fecha reciente la expansión y diversificación a crédito de constructoras e inmobiliarias, penalizan ahora a los mayores grupos por su elevada deuda

La deuda conjunta de los seis grandes grupos españoles cotizados de construcción y servicios, unos 90.000 millones según los analistas, dobla su valor en Bolsa. Los mercados, que han aplaudido hasta fecha reciente la política de compras y diversificación a crédito emprendida por estos grupos para afrontar con garantías un cambio de ciclo, penalizan ahora estos valores por su endeudamiento.

Las cañas se han tornado en lanzas al final del verano, al socaire de las turbulencias financieras desatadas por la crisis de las hipotecas de alto riesgo en EE UU y el endurecimiento de las condicion...

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La deuda conjunta de los seis grandes grupos españoles cotizados de construcción y servicios, unos 90.000 millones según los analistas, dobla su valor en Bolsa. Los mercados, que han aplaudido hasta fecha reciente la política de compras y diversificación a crédito emprendida por estos grupos para afrontar con garantías un cambio de ciclo, penalizan ahora estos valores por su endeudamiento.

Las cañas se han tornado en lanzas al final del verano, al socaire de las turbulencias financieras desatadas por la crisis de las hipotecas de alto riesgo en EE UU y el endurecimiento de las condiciones crediticias. Las fuertes caídas bursátiles de unas compañías que siguen generando facturaciones enormes y grandes beneficios y que cuentan con sólidos patrimonios son, según algunos analistas, tan irracionales como los precios estratosféricos a los que cotizaban hace sólo unos meses.

Más serio y prolongado está siendo el castigo bursátil a las inmobiliarias. El pinchazo de la burbuja sectorial empieza a sentirse en las cuentas de algunas de estas sociedades. El Euríbor, tipo al que se conceden la mayoría de las hipotecas en España, se sitúa en el nivel más alto desde diciembre de 2000. A ello hay que añadir la sombra del desplome de Astroc en Bolsa, que desde febrero pende sobre otras inmobiliarias, y la llamada a capítulo de la banca a algunas compañías exigiéndoles más garantías y mayor precio en la concesión y renegociación de créditos.

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