Bilbao compra 100 sensores para mejorar el control de las fugas en su red de aguas

El Ayuntamiento de Bilbao ha comprado cien aparatos dotados con sensores para detectar de forma más eficaz las fugas de agua en las conducciones municipales y así poder actuar sobre ellas con mayor rapidez. Los nuevos aparatos han costado un total de 60.000 euros.

La primera zona de la red donde se va a implantar el nuevo sistema será el Distrito 1, en Deusto, y luego se irán instalando de forma progresiva en todo el sistema de tuberías bilbaíno, según detalló ayer el consistorio.

La red de abastecimiento de aguas de la capital vizcaína sufre unas pérdidas cifradas en el 23%, cas...

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El Ayuntamiento de Bilbao ha comprado cien aparatos dotados con sensores para detectar de forma más eficaz las fugas de agua en las conducciones municipales y así poder actuar sobre ellas con mayor rapidez. Los nuevos aparatos han costado un total de 60.000 euros.

La primera zona de la red donde se va a implantar el nuevo sistema será el Distrito 1, en Deusto, y luego se irán instalando de forma progresiva en todo el sistema de tuberías bilbaíno, según detalló ayer el consistorio.

La red de abastecimiento de aguas de la capital vizcaína sufre unas pérdidas cifradas en el 23%, casi el doble que las de Vitoria, donde se quedan en el 12%, un nivel considerado como "fuga técnica", mientras que en San Sebastián rondan el 20%.

La antigüedad de la red, con una edad media de 35 años, es la principal razón de las pérdidas que se producen. Los bilbaínos llegaron a sufrir durante la pasada década más de 2.500 cortes de agua al año, de los que apenas 60 eran programados.

Hace siete años, se puso en marcha un plan concreto para la renovación de las conducciones, que entre las de abastecimiento y saneamiento suman casi 1.500 kilómetros de tuberías. El consistorio ha calculado que regenerar la red tardará una década y precisará una inversión cercana a los 100 millones de euros, que se unen a los más de 70 millones ya invertidos desde 2000. Sólo en los próximos cuatro años se destinarán a renovar la red 10 millones de euros. Dentro de este plan se incluyen los nuevos sensores, que se quieren instalar cada 100 metros de tubería.

Las redes se inspeccionan en la actualidad por medio de unos robots que pueden arreglar las conducciones en su interior y sellar las fisuras.

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