Los policías de Barajas cortan el paso a las heroínas de Eurípides

El Festival de Teatro Clásico de Mérida presenta este año a Zoa Meza y Amarilis Soza como dos de las "grandes figuras" de las artes escénicas de Nicaragua. Debutan esta noche con Andrómaca, de Eurípides, pero han estado a punto de no pisar el teatro romano; su estatuto artístico no conmovió a las autoridades aduaneras de Barajas, que el pasado 8 de agosto casi las deportan junto a otros cinco componentes de su compañía.

Las actrices aterrizaron en Madrid con el Alcyone Teatro de Nicaragua. En total, eran 15 artistas. Alfredo Guzmán, director de la compañía, mantiene que tenían lo...

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El Festival de Teatro Clásico de Mérida presenta este año a Zoa Meza y Amarilis Soza como dos de las "grandes figuras" de las artes escénicas de Nicaragua. Debutan esta noche con Andrómaca, de Eurípides, pero han estado a punto de no pisar el teatro romano; su estatuto artístico no conmovió a las autoridades aduaneras de Barajas, que el pasado 8 de agosto casi las deportan junto a otros cinco componentes de su compañía.

Las actrices aterrizaron en Madrid con el Alcyone Teatro de Nicaragua. En total, eran 15 artistas. Alfredo Guzmán, director de la compañía, mantiene que tenían los papeles en regla. A su llegada, ocho componentes del grupo pasaron la aduana, pero al noveno, Camilo, la policía anunció que no dejaría pasar a nadie más. Según Amarilis Soza, la agente le espetó a Camilo que no se creía que él viniera al teatro, "sino a recoger naranjas". La agente no dejó pasar a Camilo ni a los que le seguían. Les retiraron el pasaporte y los trasladaron a una sala de retención.

En esa sala, los nicaragüenses esperaron junto a una treintena de personas. Sostienen que los policías se negaron a identificarse por su nombre o su placa. Los actores describen el trato como "intimidatorio y vejatorio". "A Camilo, que pidió agua para una pastilla, empezaron a gritarle que se iría derechito a su país", relata Soza. Los miembros de la compañía recuerdan con sorna que los agentes negaban que existiera ningún festival de teatro en Mérida.

"En total, pasaron cinco horas detenidos e incomunicados", resume Guzmán. Luego la policía devolvió a los retenidos sus documentos y les informó de que se habían equivocado.

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