Bandas especializadas en reventar las expendedoras de billetes

Los robos con fuerza en las cosas son poco frecuentes en la red del metro. Sin embargo, hay unas cinco bandas de ladrones especializadas en reventar las máquinas expendedoras de billetes que hay en todas las estaciones. Estos dispositivos suelen acumular la recaudación de todo el día y con un simple palanquetazo basta para abrirlas. Esto permite al delincuente hacerse con un botín que oscila entre los 2.000 y los 6.000 euros, según fuentes de la compañía.

Estas bandas suelen estar formadas por rumanos que saben al dedillo los sistemas de seguridad del metro. Las puertas de acceso cuenta...

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Los robos con fuerza en las cosas son poco frecuentes en la red del metro. Sin embargo, hay unas cinco bandas de ladrones especializadas en reventar las máquinas expendedoras de billetes que hay en todas las estaciones. Estos dispositivos suelen acumular la recaudación de todo el día y con un simple palanquetazo basta para abrirlas. Esto permite al delincuente hacerse con un botín que oscila entre los 2.000 y los 6.000 euros, según fuentes de la compañía.

Estas bandas suelen estar formadas por rumanos que saben al dedillo los sistemas de seguridad del metro. Las puertas de acceso cuentan con un dispositivo que permite abrir la verja en caso de que algún pasajero quede encerrado incidentalmente. Basta coger un palo muy largo para accionar este sistema y acceder al interior de la estación elegida.

Como siempre actúan en grupo, recorren los pasillos y los accesos de la estación, mientras otro grupo se dedica con un cortafríos y un martillo de grandes dimensiones o una palanqueta a reventar la máquina. Dos o tres minutos son suficientes para reventar el cajetín en el que se guardan los billetes y las monedas con los que los usuarios han adquirido sus billetes.

Estas bandas siempre eligen estaciones con fáciles accesos, poca vigilancia y con vías de escape fáciles. Como se trata de robos muy rápidos, los vigilantes no tienen tiempo de llegar al lugar, pese a estar vigilada toda la red por cámaras de vídeo. Al principio actuaban a cara descubierta y dejando las huellas dactilares, pero últimamente se ponen gorras y guantes para dificultar su identificación.

La última detención de una banda se produjo el pasado mes de febrero. Los investigadores imputaron a este grupo delictivo 30 robos desde el pasado septiembre, lo que les ha reportado unos ingresos de 205.000 euros, según fuentes del caso. Sus integrantes ya habían sido detenidos tres veces más en los últimos tres años. Al ser un delito que no causa alarma social, los jueces suelen dejarlos en libertad con cargos.

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