LA CERBATANA

Por qué se fue al carajo la República

Nos gustaría imaginar que la necesidad nacional de ver a una princesa en biquini o a una reina en bañador metaforiza el deseo filosófico de profundizar en la realidad, de ir más allá de la apariencia, de traspasar lo manifiesto. Dada sin embargo la vigencia del pensamiento literal, quizá el único objetivo de sacar a la familia real en bolas sea el de sacar a la familia real en bolas. Así las cosas, tendríamos que tener dos familias reales, una de diario y otra de vestir; una para los golpes de Estado y otra para las situaciones de paz; una de luto permanente y otra de fiesta continua. En una E...

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Nos gustaría imaginar que la necesidad nacional de ver a una princesa en biquini o a una reina en bañador metaforiza el deseo filosófico de profundizar en la realidad, de ir más allá de la apariencia, de traspasar lo manifiesto. Dada sin embargo la vigencia del pensamiento literal, quizá el único objetivo de sacar a la familia real en bolas sea el de sacar a la familia real en bolas. Así las cosas, tendríamos que tener dos familias reales, una de diario y otra de vestir; una para los golpes de Estado y otra para las situaciones de paz; una de luto permanente y otra de fiesta continua. En una España que es dos Españas, una familia real no es suficiente.

En un país que es dos países, disponer de una familia real para todas las situaciones es como depender de los vatios de Endesa para preparar una oposición a notarías. Y es que lo hacemos todo a medias, excepto lo que hacemos al revés: el incendiario de Gran Canaria, por ejemplo, era un bombero, y la revista que ha publicado la presunta "exclusiva del verano" es, además de monárquica, una especie de El Jueves inversa, aunque también tronchante. Hay una España Jekyll y otra Hyde, pero no es fácil distinguirlas. En cuanto a la República, se fue al carajo porque sólo teníamos una.

PARTICIPE. Puede escribir a Juan José Millás en cerbatanamillas@elpais.es

PARTICIPE. Puede escribir a Juan José Millás a cerbatanamillas@elpais.es

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