Ganas de vivir

En 1972, ECM era una joven y pequeña compañía discográfica que comenzaba a ganarse un lugar en el mundo del jazz. En ese año, un disco dejó con la boca abierta a casi todos los aficionados: Crystal silence, interpretado por un dúo de jóvenes veteranos como ya eran Chick Corea y Gary Burton. Treinta y cinco años después las notas contenidas en aquel plástico siguen sonando frescas y repletas de un colorido conmovedor. Sus dos protagonistas, colocados sobre un escenario, siguen derrochando esa misma frescura, siguen excitando y conmoviendo aun con mayor intensidad que entonces.

Chi...

En 1972, ECM era una joven y pequeña compañía discográfica que comenzaba a ganarse un lugar en el mundo del jazz. En ese año, un disco dejó con la boca abierta a casi todos los aficionados: Crystal silence, interpretado por un dúo de jóvenes veteranos como ya eran Chick Corea y Gary Burton. Treinta y cinco años después las notas contenidas en aquel plástico siguen sonando frescas y repletas de un colorido conmovedor. Sus dos protagonistas, colocados sobre un escenario, siguen derrochando esa misma frescura, siguen excitando y conmoviendo aun con mayor intensidad que entonces.

Chick Corea y Gary Burton lo demostraron en Sant Feliu de Guíxols en la noche del lunes ofreciendo un concierto impresionante. Los dos músicos se adentraron en las composiciones de Crystal silence y las sirvieron en tiempo presente, con una fogosidad y una exuberancia reconfortantes.

A lo largo del concierto fueron intercalando nuevas composiciones y se atrevieron con temas de Bill Evans o estándares. Un concierto cargado de virtuosismo instrumental en el que sorprendió la capacidad de los dos músicos de hacer las cosas más difíciles en total compenetración y sin caer nunca en la grandilocuencia. Y sorprendieron también las enormes ganas de tocar que exteriorizaban ambos intérpretes, unas ganas que se contagiaban y que acabaron poniendo en pie a todo el mundo.