Reportaje:

Alianza de dibujos en el Matadero

Una exposición fotográfica muestra las similitudes entre culturas aparentemente remotas

La han llamado Tutti Fruti. Y, aparte del nombre, sí es cierto que ésta exposición de "gráfica popular" que ocupa uno de los nuevos espacios del centro cultural Matadero puede tener un punto naif. América Sánchez, un reconocido diseñador gráfico y fotógrafo argentino (Buenos Aires 1939), que adoptó el nombre de su propia madre porque ya había un "otro" con el suyo verdadero (Juan Pérez Sánchez), es el comisario de esta muestra. Aunque fue un encargo de la Oficina de Cooperación del Ministerio de Exteriores, Sánchez la llevó a su terreno. El resultado, más allá de los tópicos de "la dive...

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La han llamado Tutti Fruti. Y, aparte del nombre, sí es cierto que ésta exposición de "gráfica popular" que ocupa uno de los nuevos espacios del centro cultural Matadero puede tener un punto naif. América Sánchez, un reconocido diseñador gráfico y fotógrafo argentino (Buenos Aires 1939), que adoptó el nombre de su propia madre porque ya había un "otro" con el suyo verdadero (Juan Pérez Sánchez), es el comisario de esta muestra. Aunque fue un encargo de la Oficina de Cooperación del Ministerio de Exteriores, Sánchez la llevó a su terreno. El resultado, más allá de los tópicos de "la diversidad", el "mestizaje", etcétera, es una selección de 200 fotografías, realizadas por el propio Sánchez en sus múltiples viajes desde los años 60, que plasman diseños gráficos espontáneos realizados por personas anónimas de todo el mundo.

Lo que se hace en la muestra es coger un rotulador y un papel en blanco, y ¡a dibujar!

"Eran como mis apuntes de viaje, me dedicaba a fotografiar los rótulos, anuncios o advertencias gráficas realizadas por gente anónima de todo el mundo", cuenta. Aglutinadas por temáticas, las fotos permiten contemplar las similitudes iconográficas entre lugares, pueblos y culturas aparentemente remotos entre sí: de Puebla (México) a Estambul (Turquía), o de Recife (Brasil) a El Cairo (Egipto).

Y eso es exactamente lo que se puede hacer: coger un rotulador y un papel en blanco y ¡a dibujar! Al fondo, detrás de los caballetes que sostienen las fotografías, sobre una mesa, hay un cuaderno enorme de hojas blancas y un bote lleno de rotuladores. "Se trataba de invitar a la gente a dejar su gesto, su opinión, su firma", dice Sánchez.

Pintura en la que se refleja la vida cotidiana de una mujer africana.
Imagen de la exposición Tutti Fruti en la que aparecen dibujos de varios vehículos.
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