Una cantera de puestos de trabajo

Un parque industrial formado por pequeños artesanos de la piedra empieza su andadura este mismo mes de julio en Macael (Almería). Parece un guión de dibujos animados firmado por Hanna Barbera, pero esta vez el argumento lo pone Tino Stone Group, una multinacional española especializada en el tratamiento de la piedra natural. El parque almeriense supone la creación de 150 empleos directos y va a ser el primero de una serie. Dentro de un año y medio prevé inaugurar otro parque, en Loja (Granada), con 300 empleos en su primera fase y unos 700 cuando esté acabado. La particularidad está en que la ...

Un parque industrial formado por pequeños artesanos de la piedra empieza su andadura este mismo mes de julio en Macael (Almería). Parece un guión de dibujos animados firmado por Hanna Barbera, pero esta vez el argumento lo pone Tino Stone Group, una multinacional española especializada en el tratamiento de la piedra natural. El parque almeriense supone la creación de 150 empleos directos y va a ser el primero de una serie. Dentro de un año y medio prevé inaugurar otro parque, en Loja (Granada), con 300 empleos en su primera fase y unos 700 cuando esté acabado. La particularidad está en que la empresa promueve que empleados destacados se independicen y se instalen como subcontratistas

El modelo permite un notorio ahorro de costes al compartir servicios como la electricidad, el mantenimiento y el reciclaje del agua

Con una inversión de cinco millones de euros, el parque industrial de Macael constará de 22 naves, en las que se ubicarán entre 15 y 20 firmas auxiliares, además de una gran nave central, de 2.500 metros cuadrados, que será ocupada por la propia Tino y que se utilizará básicamente como suministrador de materia prima en bruto al resto de las instalaciones.

El modelo organizativo, que en cierta medida imita al de los parques automovilísticos, es experiencia nueva en su sector. Una parte de los responsables de las nuevas empresas auxiliares -y ésta es una de las peculiaridades de la iniciativa- saldrá de las propias filas de Tino, que promueve que empleados destacados se independicen, convirtiéndose en emprendedores y suministradores de la matriz, cada uno dentro de su específico campo de especialización en el tratamiento de la piedra. Hasta el momento, seis trabajadores, de los 280 que componen la plantilla en toda España, han dado ya ese paso y se han transformado en empresarios por cuenta propia.

Tino les facilita, además de las naves en el parque industrial, el acceso a la financiación necesaria para la inversión inicial y les garantiza de por vida la cartera de pedidos, al tiempo que les anima a buscar otras fuentes de ingresos.

"Nuestro objetivo es que el conocimiento y la mejora en los procesos industriales circulen y se transmitan de nave en nave con toda naturalidad". Quien así se pronuncia es Antonio Valdés, presidente de Tino Stone Group. Lo hace a través del teléfono móvil y desde un aeropuerto, a punto de emprender viaje a China, donde el 6 de julio inauguraba una sede clave, dado que en el futuro dicho país acaparará en torno a un 30% de los ingresos de la compañía. Valdés ha cimentado la expansión de su firma en la innovación, variedad y creatividad de sus productos y quiere que, con la apertura de los parques industriales, éstas no sólo no decaigan sino que se multipliquen. Está convencido de que la capacidad de inventiva se plasmará no sólo en el hallazgo de texturas desconocidas del mármol, sino también en el diseño de máquinas innovadoras que mejorarán los procesos de corte y elaborado de la piedra natural.

"El valor máximo estará en la forma en que vamos a ver brotar el conocimiento, ya que quienes pasen a ser empresarios serán los primeros en querer desarrollar su propia I+D

[investigación y desarrollo]", esgrime. "No pretendemos que quienes dejen nuestra empresa para instalarse por su cuenta en el parque provean solamente a Tino", prosigue, "ya que sería como si siguieran siendo empleados nuestros. Se trata de que creen sus carteras de clientes, lo que nos beneficiará a todos. Ellos ganarán más que como empleados y nosotros podremos aprovecharnos de sus innovaciones en el tratamiento de la piedra y en la renovación de la maquinaria".

Valdés calcula que cada pequeño empresario del parque podrá dar empleo a entre 5 y 10 personas, aunque inicialmente también habrá autónomos, como Ginés Cuenca, artesano especializado en el acabado del mármol para encimeras, quien será uno de los primeros en ubicarse en las instalaciones. Cuenca explica que se formó durante siete años en Tino como empleado, y empezará esta nueva etapa facturando sólo a su empresa matriz.

El modelo de organización -que permite un notorio ahorro de costes al compartir servicios comunes como electricidad, mantenimiento y decantación y reciclaje del agua- se extenderá, en 2008 o quizás 2009, a otro parque mayor que Tino abrirá en Loja (Granada), en el que se ubicará su sede central. En este caso, los empleos directos que se creen rondarán los 300 en una primera fase y los 700 cuando esté acabado. Cuarenta y siete naves compondrán esta nueva plataforma logística, en la que las empresas que se instalen, en torno a las 40, asumirán parte de la cadena de trabajo que hoy realiza Tino, como el aserrado y pulido de la piedra natural. La inversión total rondará los 30 millones de euros.

Perfil del emprendedor

Como en el caso de Macael, los empleados que quieran independizarse de Tino podrán hacerlo en idénticas condiciones. En el proceso de desvinculación, señala Valdés, interviene la propia empresa, ya que hay una fase previa en la que ésta define el perfil de persona idónea para cada área de la cadena de trabajo y se sondea a los posibles candidatos.

"Es sencillo, ya que se ve en la actitud diaria quiénes son los que tienen más perfil emprendedor y mayor cualificación profesional para instalarse por su cuenta", afirma el presidente de la compañía, quien define a Macael como "una comarca de emprendedores". Tanto el parque almeriense como el granadino son parte de un plan de negocio en el que se prevé para 2009 multiplicar por cuatro la facturación de la empresa, que en 2006 fue de 42 millones de euros.