Reportaje:

Los pacientes silenciosos

El Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico amplía su cometido a bienes inmateriales y paisajes

Más que un hospital, es un espacio para los milagros. Sus pacientes llegan con miembros cercenados y rostros demacrados. Su antigua belleza, cubierta por el tiempo, parece perdida para siempre. Pero un equipo de 80 profesionales, al frente del cual está Román Fernández-Baca, les devuelve a la vida. Es el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH), una institución científica creada por la Consejería de Cultura que lleva desde 1989 haciendo milagros en obras maestras andaluzas.

Sus instalaciones, en el conjunto monumental de La Cartuja de Sevilla, parecen un hospital en el que cada...

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Más que un hospital, es un espacio para los milagros. Sus pacientes llegan con miembros cercenados y rostros demacrados. Su antigua belleza, cubierta por el tiempo, parece perdida para siempre. Pero un equipo de 80 profesionales, al frente del cual está Román Fernández-Baca, les devuelve a la vida. Es el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH), una institución científica creada por la Consejería de Cultura que lleva desde 1989 haciendo milagros en obras maestras andaluzas.

Sus instalaciones, en el conjunto monumental de La Cartuja de Sevilla, parecen un hospital en el que cada paciente-obra tiene su historial, su diagnóstico y un equipo de expertos que velan con mimo durante meses por restaurar su salud y los acompañan hasta que les dan el alta. El IAPH se ha convertido en centro de referencia en España, prueba de ello es que ha obtenido el último Premio Nacional de Restauración y Conservación de Bienes Culturales que otorga el Ministerio de Cultura.

"Elaboramos un inventario visual y sonoro del flamenco, el folclor y los rituales"

Además, el pasado día 13 el Parlamento de Andalucía aprobó una ley por la que se convierte en entidad de derecho público y le permitirá tener una gestión más ágil y acceder a fuentes de financiación privadas. Actualmente el presupuesto anual es de seis millones de euros.

Pero lejos de dormirse en los laureles, que les han colocado por restauraciones como la del Giraldillo que corona el famoso alminar sevillano o la Capilla Real de Granada, el instituto ha ampliado su campo de acción a los yacimientos arqueológicos subacuáticos, a los paisajes de zonas patrimoniales y al patrimonio inmaterial.

"Estamos trabajando para elaborar un atlas del patrimonio inmaterial andaluz, que será una especie de inventario visual y sonoro de lo más representativo en flamenco, folclor y rituales que se da en Andalucía", explica Román Fernández-Baca, arquitecto malagueño de 56 años que está al frente del IAPH desde su creación.

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A los trabajos en los talleres de esculturas, pinturas, textiles, papel, arqueología y orfebrería que funcionan en la parte fabril del conjunto monumental de La Cartuja de Santa María de las Cuevas se suman ahora nuevas líneas de trabajo. "Nuestro objetivo es intervenir en paisajes antropizados, es decir entornos de zonas arqueológicas que se hayan degradado como ha ocurrido en Mediante Al-Hará. Pero también tenemos proyectos fuera de España como el de recuperar las esculturas de las misiones jesuítico-guaraníes de Brasil, dónde ya hemos empezado a trabajar", apunta Fernández-Baca.

En la sede del instituto, en el que las batas blancas, el instrumental y la meticulosidad del personal recuerda a un hospital, se ultiman ahora dos grandes encargos. Por un lado, están restaurando lienzos, esculturas y textiles del palacio de San Telmo, sede de la Presidencia de la Junta que está actualmente en obras, y por otro, están a punto de finalizarse la restauración de 56 obras de la Iglesia del Salvador de Sevilla. Aportación en especies que realizará la Consejería de Cultura a rehabilitación del segundo templo en importancia en la capital andaluza, después de la Catedral. "Es el mayor encargo que hemos realizado hasta ahora. En total serán cinco años de trabajo y vamos a entregarlo antes de la fecha acordada -enero de 2008- porque se va a realizar una gran exposición antes de las obras vuelvan al Salvador", comenta la restauradora Amalia Cansino, quien está subida a un andamio examinando con mucho mimo el lienzo Santa Isabel de Hungría cuidando a los tiñosos, una obra de Murillo de la Hermandad de la Caridad.

"De San Telmo procede la escultura de la Virgen del Buen Aire, de Juan de Oviedo (siglo XVII) y reformada por Duque Cornejo (siglo XVIII). Le hemos restituido la policromía perdida, pero con acuarela. Nuestra intervenciones son siempre reversibles", explica la historiadora Eva Villanueva delante de una imagen en la que ya se ha obrado el milagro y parece recién salida de una clínica especializada en tratamiento de belleza.

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