El Polisario vetó a España en la negociación con Marruecos

Los saharauis dicen que los españoles habrían "entorpecido" la cita

El Frente Polisario vetó la presencia de España, la antigua potencia colonial del Sáhara Occidental, en la negociación que mantuvo a principios de semana con Marruecos sobre el futuro de ese territorio. España fue invitada por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, el 6 de junio a enviar un representante a Nueva York para asistir a la inauguración de las conversaciones entre los enemigos. Aunque no tomó la iniciativa, Rabat tampoco mostró ningún interés por contar con la presencia de España.

El presidente del Parlamento saharaui, Mahfud Alí Biba, que encabezó la delegación del Po...

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El Frente Polisario vetó la presencia de España, la antigua potencia colonial del Sáhara Occidental, en la negociación que mantuvo a principios de semana con Marruecos sobre el futuro de ese territorio. España fue invitada por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, el 6 de junio a enviar un representante a Nueva York para asistir a la inauguración de las conversaciones entre los enemigos. Aunque no tomó la iniciativa, Rabat tampoco mostró ningún interés por contar con la presencia de España.

El presidente del Parlamento saharaui, Mahfud Alí Biba, que encabezó la delegación del Polisario en la negociación, no se anduvo por las ramas. En una entrevista publicada ayer por El Jabar, el principal diario argelino, afirma: "Hemos declarado que la presencia de Madrid no es necesaria y que podía entorpecer las conversaciones".

Biba esgrime un segundo argumento, de índole jurídica, para rechazar la asistencia de España, aunque precisa que el Polisario no llegó a pedir oficialmente la retirada de los españoles. "España, que no es miembro del Consejo de Seguridad, recibió una invitación para acudir, lo que está en contradicción con la letra y el espíritu de la resolución 1.754", recalcó.

En esa resolución, adoptada por unanimidad a finales de abril, el Consejo de Seguridad instaba a Ban Ki-moon a organizar una negociación directa entre Marruecos, que ofrece un plan de autonomía para el Sáhara, y el Polisario, que pide que los saharauis puedan optar por la independencia en un referéndum.

"España estará entre los países que cooperarán con las partes, con el secretario general de la ONU (...)", declaró Bernardino León, número dos de la diplomacia española, tras la aprobación de la resolución. "Estará el primero, como lo ha estado en los últimos tres años (...)".

Argelia y Mauritania

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La sesión inaugural y la primera ronda de la negociación se inició el lunes en una exclusiva propiedad de la ONU en Manhasset, en la periferia de Nueva York, pero no contó con la asistencia española. Sí estuvieron presentes en la inauguración y en la clausura delegados de Argelia y Mauritania, los dos países vecinos.

El ministro Miguel Ángel Moratinos decidió enviar a Nueva York a su director general para África, Álvaro Iranzo, pero en el último momento fue sustituido por el subdirector para el Magreb, Manuel Gómez Acebo. Éste no se desplazó a Manhasset e intentó seguir la negociación desde la Misión de España ante la ONU. El embajador de España, Juan Antonio Yáñez-Barnuevo, tuvo incluso previsto dar una rueda de prensa que no se llegó a celebrar.

"España tenía como objetivo estar cerca y no necesariamente dentro", explicó ayer Manuel Cacho, máximo responsable de la Dirección de Comunicación del Ministerio de Exteriores. "Las dos partes prefirieron negociar sin nadie más", añadió. "En cualquier caso, estamos agradecidos al ofrecimiento unilateral" de Ban Ki-moon.

La iniciativa del Polisario se debe, en realidad, a su descontento con la actitud española ante el conflicto, que dura desde hace 32 años, que considera "sesgada".

La relación del Gobierno español y del PSOE con el movimiento independentista está plagada de roces. En abril, por ejemplo, Elena Valenciano, la responsable socialista de relaciones internacionales, anunció el envío de una delegación a los campamentos de refugiados de Tinduf, pero el Polisario rechazó la visita.

Más sorprendente ha sido, para la diplomacia española, que Rabat haya coincidido poco después con el Polisario, aunque en términos mucho más cautos y educados, en que no era imprescindible una presencia española en Manhasset.

El Gobierno español ha dejado entrever su simpatía hacia el plan de autonomía marroquí. Moratinos sostuvo, por ejemplo, en marzo en el Senado, que creaba "una nueva dinámica de diálogo para superar el actual impasse".

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