Cartas al director

Ataque a los derechos humanos

Da igual que atacando a una organización independiente y de prestigio internacional como Amnistía Internacional se pueda hacer mucho daño a la lucha por los derechos humanos en el mundo; da igual que la postura de Amnistía Internacional sobre el aborto se circunscriba sólo a los casos en que la mujer haya sido violada, sea víctima de un incesto o que el embarazo suponga un riesgo para la vida o salud de la madre. Todo esto no cuenta. Es cuando menos curioso que la Iglesia católica, que siempre termina justificando y amparando sus propios actos y pecados (pensemos en los actos de pederastia o e...

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Da igual que atacando a una organización independiente y de prestigio internacional como Amnistía Internacional se pueda hacer mucho daño a la lucha por los derechos humanos en el mundo; da igual que la postura de Amnistía Internacional sobre el aborto se circunscriba sólo a los casos en que la mujer haya sido violada, sea víctima de un incesto o que el embarazo suponga un riesgo para la vida o salud de la madre. Todo esto no cuenta. Es cuando menos curioso que la Iglesia católica, que siempre termina justificando y amparando sus propios actos y pecados (pensemos en los actos de pederastia o en sus más que dudosas aventuras financieras) en función de su misión superior en el mundo, ahora escoja una parte pequeña de la actuación de Amnistía Internacional para condenarla, urbi et orbe, al infierno y darle la espalda.

Y todo en aras de una intransigencia ideológica más propia de una secta fundamentalista que de una religión que se autoproclama universal y que dice que antepone el amor al prójimo por encima de otros valores.

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