La 'trilliza de oro' se hace de oro

Una de las chicas que hicieron coros a Julio Iglesias, acusada de contrabando

Incluso en las vidas casi perfectas se pasan momentos de verdadero infierno como lo puede asegurar María Eugenia Fernández Rousse, conocida para el siglo en todo el mundo hispano como una de las tres trillizas de oro que hace varias décadas hacía los coros junto a sus hermanas, María Laura y María Emilia, en los conciertos de Julio Iglesias. Tras aquella etapa en los escenarios las tres se casaron con famosos deportistas y formaron sus hogares... hasta que Hacienda llamó a la puerta. María Eugenia es investigada junto a su marido, el que fuera jugador de polo Horacio Laprida, por presun...

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Incluso en las vidas casi perfectas se pasan momentos de verdadero infierno como lo puede asegurar María Eugenia Fernández Rousse, conocida para el siglo en todo el mundo hispano como una de las tres trillizas de oro que hace varias décadas hacía los coros junto a sus hermanas, María Laura y María Emilia, en los conciertos de Julio Iglesias. Tras aquella etapa en los escenarios las tres se casaron con famosos deportistas y formaron sus hogares... hasta que Hacienda llamó a la puerta. María Eugenia es investigada junto a su marido, el que fuera jugador de polo Horacio Laprida, por presunto "contrabando agravado" de caballos por las autoridades del país suramericano.

Con la cara sin maquillar, expresión grave y flanqueada por un abogado, María Eugenia apareció en las pantallas del informativo de máxima audiencia del Canal América para defender su inocencia: "Quiero decir que no tengo nada que ver con esto. Soy un ama de casa, madre de cuatro hijos que además conoce perfectamente los negocios de su marido".

Según las investigaciones, la empresa Equus Trade, de la que es titular Laprida y en la que su mujer figura como socia, habría exportado caballos de polo declarando un precio de venta manifiestamente menor al que los equinos valen en el mercado. Según los datos que la empresa aportó a la Aduana argentina, varios animales habían sido vendidos por precios que rondan los 2.000 dólares cuando su valor real es cercano a los 14.000 dólares cómo mínimo.

Según ha informado la prensa local, la Aduana argentina ha realizado antes de actuar en torno a 300 consultas sobre el caso a organismos homónimos de Europa y Estados Unidos, quienes confirmaron el valor real de los caballos.

La trilliza, en su defensa, destaca que su marido conoce perfectamente el mundo de sus caballos y que a nadie se le ocurre ponerse como titular -junto a su esposa- de una empresa con la que se va a realizar contrabando. "Para eso se utilizan terceras personas", subrayó.

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