Los ministros, o ganan las elecciones o pierden el puesto
Los ministros que no consigan acta de diputado en las elecciones legislativas de los próximos 10 y 17 de junio, perderán su cartera. Poniéndose él por delante, el primer ministro francés, François Fillon, aseguró ayer que presentará su dimisión al presidente, Nicolas Sarkozy, si no consigue el escaño al que opta en la cuarta circunscripción del departamento de la Sarthe. "La lógica obliga", dijo. "Si a uno lo vencen, eso significa que no tiene el apoyo del pueblo y por tanto no puede seguir en el Gobierno". Y añadió: "Esta regla me la aplicaré a mí mismo porque he decidido ser candidato".
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Los ministros que no consigan acta de diputado en las elecciones legislativas de los próximos 10 y 17 de junio, perderán su cartera. Poniéndose él por delante, el primer ministro francés, François Fillon, aseguró ayer que presentará su dimisión al presidente, Nicolas Sarkozy, si no consigue el escaño al que opta en la cuarta circunscripción del departamento de la Sarthe. "La lógica obliga", dijo. "Si a uno lo vencen, eso significa que no tiene el apoyo del pueblo y por tanto no puede seguir en el Gobierno". Y añadió: "Esta regla me la aplicaré a mí mismo porque he decidido ser candidato".
Fillon, que compite con Stéphane Le Foll, director del gabinete de François Hollande, el primer secretario del Partido Socialista (PS), no parece que tenga grandes problemas para hacerse con el escaño. Pero del total de 11 miembros del nuevo Gobierno conservador que se presentan, incluido el propio Fillon, no todos los ministros que se presentan a estas legislativas tienen las mismas posibilidades.
El caso más dramático y el que más connotaciones políticas tiene es el del número dos del Ejecutivo, Alain Juppé, que fuera delfín de Jacques Chirac y fundador de la Unión por una Mayoría Popular (UMP). Alcalde de Burdeos, un puesto que consiguió recientemente tras pasar más de un año inhabilitado por una sentencia por financiación ilegal del partido, Juppé se presenta por una circunscripción de esta ciudad en la que la candidata socialista Ségolène Royal obtuvo cerca del 60% de los votos en la segunda vuelta de las presidenciales, el pasado 6 de mayo. Su filiación chiraquista, por más que se uniera a la candidatura de Sarkozy, ha dado pie a lecturas un tanto malignas sobre los avatares de su destino.
Si en el campo gubernamental predomina el optimismo y se detecta una fuerte cohesión, todo lo contrario sucede en el campo socialista. Royal no tiene previsto por el momento lanzarse a la campaña electoral.