Análisis:A LA PARRILLA

Crispín

La crispación llega a ser tan crispante que a veces los ya crispados se dejan crispar más de la cuenta por los crispadores. Eso ha sucedido en el caso o martirio de Sebastián, que este fin de semana, como era de prever, siguió llenando espacio en los informativos. Los del domingo en Telemadrid sacaron a su seño Aguirre, también foto en mano, en este caso una de Zapatero publicada en EL PAÍS; la ahora rebautizada Espe Jota acusaba al presidente del Gobierno de nuevos latrocinios respecto al País Vasco, pero nadie ha dicho de momento que la acusación insinuara ningún oscuro vínculo pasion...

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La crispación llega a ser tan crispante que a veces los ya crispados se dejan crispar más de la cuenta por los crispadores. Eso ha sucedido en el caso o martirio de Sebastián, que este fin de semana, como era de prever, siguió llenando espacio en los informativos. Los del domingo en Telemadrid sacaron a su seño Aguirre, también foto en mano, en este caso una de Zapatero publicada en EL PAÍS; la ahora rebautizada Espe Jota acusaba al presidente del Gobierno de nuevos latrocinios respecto al País Vasco, pero nadie ha dicho de momento que la acusación insinuara ningún oscuro vínculo pasional con los terroristas. En los telediarios de TVE-1 y en las Noticias de Cuatro, Miguel Sebastián volvió a hablar (sin foto) de los expedientes que levantan sospechas sobre la connivencia de Ruiz Gallardón en un caso de recalificación ilegal de dos edificios del centro de Madrid, hechas, según esos datos, a favor de una imputada del escándalo inmobiliario marbellí. Lo curioso es que, aun así, personas progresistas y medios de comunicación ajenos a la crispación emanada desde la derecha cavernícola y el PP se han dejado crispar en falso, siguiendo la lectura interesada y torcida que el alcalde Gallardón y sus voceros han hecho de la famosa frase de Sebastián. La reproduzco aquí, literalmente, para despejar dudas: "¿En algún momento ha mantenido alguna relación con algunas de las personas imputadas en la operación Malaya acerca de actuaciones urbanísticas en la ciudad de Madrid?".

Crispín, el genial sinvergüenza protagonista de Los intereses creados, de Benavente, hace al final de esta célebre comedia el elogio de cómo una coma malintencionada puede cambiar el sentido de una sentencia legal. "¡Maravillosa coma! ¡Genio de la Justicia! ¡Oráculo de la ley!". Leyendo bien lo que por tres veces seguidas, sin ponerle una coma, dijo Sebastián a Gallardón, se entiende claramente que su pregunta apuntaba, en una impecable construcción gramatical, a ese "acerca de" urbanístico. Sólo un crispado o un pícaro ve algo más. Y mientras, Gallardón, punto en boca.

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