China entra en Blackstone para dar salida a sus reservas

China ya tiene identificado el canal para reciclar y sacar provecho a sus abundantes reservas en divisas: el boyante sector del capital riesgo. El Ejecutivo chino anunciaba este fin de semana una creativa maniobra financiera que le llevará a invertir un total de 3.000 millones de dólares (2.240 millones de euros) en el grupo Blackstone. La poderosa firma financiera neoyorquina se dispone a salir en las próximas semanas a Bolsa, en el que será uno de los estrenos más esperados de los últimos años en Wall Street.

El Gobierno chino cuenta en la actualidad con unas reservas en divisas valor...

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China ya tiene identificado el canal para reciclar y sacar provecho a sus abundantes reservas en divisas: el boyante sector del capital riesgo. El Ejecutivo chino anunciaba este fin de semana una creativa maniobra financiera que le llevará a invertir un total de 3.000 millones de dólares (2.240 millones de euros) en el grupo Blackstone. La poderosa firma financiera neoyorquina se dispone a salir en las próximas semanas a Bolsa, en el que será uno de los estrenos más esperados de los últimos años en Wall Street.

El Gobierno chino cuenta en la actualidad con unas reservas en divisas valoradas en cerca de 1,2 billones de dólares. A comienzos de año, Pekín anunció que tenía intención de invertir una buena parte de ese dinero, lo que le puede convertir en un destacado actor en la escena internacional. Los analistas creen, además, que este flujo de capital que canalizará a través de Blackstone hacia empresas estadounidenses vendrán bien para aliviar la tensión en las relaciones de los dos gigantes económicos.

Precisamente, ayer llegaba a Washington la viceprimera ministra china, Wu Yi, como jefa de la delegación en la cumbre económica que hasta el jueves celebran los dos países. El evento se espera sirva para que las dos potencias enderecen sus relaciones y relancen el diálogo en cuestiones tan delicadas como la flexibilización del tipo de cambio entre el yuan y el dólar, la reforma del sector financiero chino y la apertura del gigante asiático a la competencia exterior.

Pero este acuerdo entre el Ejecutivo chino y el poderoso fondo de capital riesgo, forjado en apenas tres semanas, puede toparse con la oposición de los legisladores en el Capitolio, donde temen que Pekín utilice esta vía para hacerse con intereses estratégicos. Para disipar temores, las partes se comprometen a respetar los baremos de propiedad extranjera exigidos por la legislación estadounidense y los chinos renuncian a tener derechos de voto en el consejo de Blackstone, para no influir en sus decisiones.

En Wall Street se da por descontado que EE UU es un lugar importante de destino del capital chino, aunque también se opina que Pekín busca en este momento sacar el mayor rendimiento a su dinero por encima de la seguridad de la inversión. La maniobra china supone, en paralelo, un importante espaldarazo a Blackstone frente a sus rivales KKR, TPG y Carlyle. El fondo espera recaudar con su próxima salida a Bolsa unos 4.750 millones de dólares, a los que tendrá que sumar los 3.000 millones que le llegarán de las reservas, que necesita para financiar nuevas compras.

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