Cartas al director

Crispación y voto de centro

Concluyendo el mínimo intercambio de desacuerdos con José María Maravall sobre la crispación y el voto de centro, y sin entrar en un debate metodológico en sitio tan amable como inapropiado para estos menesteres académicos, debo reiterar, tras leer su carta (EL PAÍS, 11 de mayo de 2007), que, de momento, no hay datos empíricos directos y comparables que permitan avalar su afirmación de que la crispación (que crea esencialmente el PP) favorece el voto de centro al PP, y que tampoco la experiencia sociológica acumulada permite fundar semejante cosa. A partir de esta constatación, muy relevante, ...

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Concluyendo el mínimo intercambio de desacuerdos con José María Maravall sobre la crispación y el voto de centro, y sin entrar en un debate metodológico en sitio tan amable como inapropiado para estos menesteres académicos, debo reiterar, tras leer su carta (EL PAÍS, 11 de mayo de 2007), que, de momento, no hay datos empíricos directos y comparables que permitan avalar su afirmación de que la crispación (que crea esencialmente el PP) favorece el voto de centro al PP, y que tampoco la experiencia sociológica acumulada permite fundar semejante cosa. A partir de esta constatación, muy relevante, cada cual puede reconstruir datos de segundo orden a su gusto y concluir cualquier cosa, porque la imaginación (también la sociológica) es libre.

Me inquieta no coincidir con Maravall, del que tengo el mejor concepto, pero creo que aceptar una proposición de esa clase (enormemente grave por sus consecuencias políticas) es algo que yo no puedo hacer sin datos muy potentes, claros y directos. De momento no es así, aunque todo es posible, pero no probable. Lamento haber distraído a los lectores con cosas tan aburridas, pero en ningún caso irrelevantes.

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