La retaguardia | Elecciones 27M | YO, PERIODISTA

¡Tiene razón Don Sebastián!

Cuando leí que Miguel Sebastián, el aspirante a ser mi señorito, aseguraba que si gana la alcaldía el sueldo de los políticos dependerá del cumplimiento de sus promesas, de mi boca salieron esos versos de Don Hilarión en La Verbena de la Paloma: "¡Tiene razón Don Sebastián, tiene muchísima razón!".

Perdónenme este imperdonable ramalazo castizo que fue provocado, seguramente, por esa foto en la que aparecían Don Sebastián y Don Simancas vestidos de chulapos, y que actualmente he puesto de protector de pantalla. Sólo les faltó Don Gallardón para así poder cantar ...

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Cuando leí que Miguel Sebastián, el aspirante a ser mi señorito, aseguraba que si gana la alcaldía el sueldo de los políticos dependerá del cumplimiento de sus promesas, de mi boca salieron esos versos de Don Hilarión en La Verbena de la Paloma: "¡Tiene razón Don Sebastián, tiene muchísima razón!".

Perdónenme este imperdonable ramalazo castizo que fue provocado, seguramente, por esa foto en la que aparecían Don Sebastián y Don Simancas vestidos de chulapos, y que actualmente he puesto de protector de pantalla. Sólo les faltó Don Gallardón para así poder cantar La Jota de los Tres Ratas de esa Gran Vía que tanto gustaba a Nietzsche (dato pedante que damos los amantes de la zarzuela para hacernos perdonar).

También se apuntó a la romería de San Isidro la señá Esperanza que, manos en jarras, como está mandao, retó a Don Simancas a bailar el chotis encima de un ladrillo. Lejos de mí la intención de querer exportar una tradición centralista, pero lo de bailar encima de un ladrillo, malditas sean las circunstancias, se impone a nivel Estado. Unas sevillanas encima de un ladrillo, el coro de la salve rociera encima de un ladrillo, 100 extremeños de Seseña cantando una jota encima de un ladrillo. ¡Viva el simbolismo!

Como yo veo siempre las cosas por el lado tristón, me dio mucha pena ver a los políticos disfrazados. No a éstos en concreto, cuidado, me pasa en general. Hay un momento en toda campaña en que al político se le pone un gorro y se le hace mirar a la cámara instándole a que sonría. Claro que los disfraces tienen la particularidad de desnudar el alma y lo que parecían Don Sebastián y Don Simancas eran esos dos hermanitos a los que su madre manda a la escuela disfrazados y hacen todo el camino mirando para abajo.

Pero a lo que íbamos, a lo que dijo Don Sebastián sobre los sueldos oscilantes. Mucha promesa me parece. Si de algo está sirviendo Internet es para que los ciudadanos se movilicen y puedan sacar los colores a cualquiera recordando momentos estelares de promesas políticas. Los votantes empollones y aplicados están tomando la delantera a los periodistas que suelen ir con la lengua fuera. De promesas incumplidas me habla Pablo, de Argamasilla del Alba, que ha montado una web llamada políticosquemientenaTomelloso. Si usted pincha en esta web puede presenciar aquellas ocasiones en las que los políticos fueron a esa comarca, de más de 45.000 habitantes, para prometerles una estación de tren en una zona necesitadísima de conexión ferroviaria. Allí los tenemos, soltando sin pestañear rotundas afirmaciones: "¡Si ganamos, tengan por seguro los tomelloseros que tendrán su tren!". Pablo, votante del PSOE, se muestra apenado por tener que sacarles los colores también a sus dirigentes. La pregunta que yo le haría a Don Sebastián es si esta medida se podría practicar, por favor, con efecto retroactivo. Así los votantes nos reiríamos más; que falta nos hace.

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