Reportaje:

Un lugar para recogerse

Una muestra repasa la gestación de 'Elogio del horizonte', una de las esculturas públicas más conocidas de Chillida

A Eduardo Chillida (San Sebastián, 1924-2002) siempre le condicionó el lugar a la hora de idear una escultura para un espacio público. Sin embargo, en el caso de su Elogio del horizonte sucedió al revés. El artista tenía preparado el proyecto en un formato pequeño, pero no encontraba el enclave adecuado para instalar la obra a una escala mayor. "Había trabajado en función del horizonte y buscaba un sitio donde se pudiese apreciar, un lugar de recogimiento", dijo en su día.

Tras recorrer numerosos escenarios, desde la Bretaña francesa hasta los Monegros aragoneses, el escultor hal...

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A Eduardo Chillida (San Sebastián, 1924-2002) siempre le condicionó el lugar a la hora de idear una escultura para un espacio público. Sin embargo, en el caso de su Elogio del horizonte sucedió al revés. El artista tenía preparado el proyecto en un formato pequeño, pero no encontraba el enclave adecuado para instalar la obra a una escala mayor. "Había trabajado en función del horizonte y buscaba un sitio donde se pudiese apreciar, un lugar de recogimiento", dijo en su día.

Tras recorrer numerosos escenarios, desde la Bretaña francesa hasta los Monegros aragoneses, el escultor halló la respuesta que buscaba en Gijón. El arquitecto Paco Pol estaba realizando la remodelación del cerro de Santa Catalina, que domina la ciudad asturiana, y, cuando se enteró de que Chillida proyectaba construir una obra relacionada con el horizonte, le sugirió ese lugar como emplazamiento idóneo.

Todas estas explicaciones se pueden encontrar repartidas a lo largo de una serie de paneles en el Museum Cemento Rezola de San Sebastián (Avda. de Añorga, 36; www.museumcemento.rezola.net), que ha montado una exposición sobre el proceso creativo y constructivo del Elogio del horizonte, desde la primera idea que tuvo Chillida en su estudio hasta su instalación en 1990.

La escultura está realizada en hormigón armado a partir de dos pilares que actúan como soportes de una elipse abierta. Mide diez metros de alto y pesa 500 toneladas. Estas dimensiones obligaron a realizar una cimentación de 30 metros para evitar posibles derrumbes, ya que se trata de una antigua zona de refugios militares subterráneos.

La muestra, que permanecerá abierta hasta el 14 de octubre, ha sido organizada en colaboración con el Ayuntamiento de Gijón y el Museo Chillida Leku. El Museum Cemento Rezola se quiere sumar de esta forma a los actos conmemorativos del 30º aniversario de El Peine del Viento, instalado en San Sebastián, otra de las obras emblemáticas de Chillida, para quien las esculturas públicas suponían espacios para el diálogo y el encuentro.

En paralelo a esta exposición, el museum ha puesto en marcha un taller en el que los más jóvenes podrán entrar en contacto con el cemento y crear sus propias pequeñas esculturas. Las reservas para estos talleres pueden hacerse en el teléfono 943 364 192.

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