Cartas al director

Estados buenos y malos

Notable desfachatez y desmemoria demuestran los políticos alemanes en particular, y europeos en general, cuando opinan sobre Kosovo. Joschka Fischer dice en su artículo del 1 de mayo Fin de partida en Kosovo, que el "único camino" para Kosovo es la segregación territorial de Serbia, cuando en 1992 la gran mayoría de los políticos europeos, y posiblemente la totalidad de los políticos alemanes, se hartaron de propagar que el "único camino" para las repúblicas de la antigua Yugoslavia era la integridad territorial a toda costa, aun en contra de la opinión de los habitantes serbios de esas...

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Notable desfachatez y desmemoria demuestran los políticos alemanes en particular, y europeos en general, cuando opinan sobre Kosovo. Joschka Fischer dice en su artículo del 1 de mayo Fin de partida en Kosovo, que el "único camino" para Kosovo es la segregación territorial de Serbia, cuando en 1992 la gran mayoría de los políticos europeos, y posiblemente la totalidad de los políticos alemanes, se hartaron de propagar que el "único camino" para las repúblicas de la antigua Yugoslavia era la integridad territorial a toda costa, aun en contra de la opinión de los habitantes serbios de esas regiones, y custodiaron celosamente esa integridad para sus aliados como Croacia, con argumentos extravagantes como que si se segregaban las zonas serbias, las nuevas repúblicas no eran viables, y a sabiendas de que ese empecinamiento iba a llevar a la guerra, como efectivamente sucedió. No se ofenda nadie, pero por lo visto ahora sí son viables los Estados de bolsillo, eso sí, siempre que sirvan a nuestros intereses.

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