"Las víctimas somos para algunos un arma electoral"
Pilar Manjón, (Cáceres 1958) recibió ayer de manos del lehendakari, Juan José Ibarretxe, y del consejero de Justicia, Joseba Azkarraga, el premio Manuel de Irujo, 2007. La presidenta de 11-M Afectados por el Terrorismo dijo sentirse muy "honrada" de que en "este país se nos considere un referente de la Justicia". Explica que la "tremenda campaña mediática y política en torno a la teoría de la conspiración" ha añadido de forma injustificada "dolor a las víctimas".
Pregunta: ¿Qué sentimientos le despierta recibir el premio?
Respuesta: El hecho de que el reconoc...
Pilar Manjón, (Cáceres 1958) recibió ayer de manos del lehendakari, Juan José Ibarretxe, y del consejero de Justicia, Joseba Azkarraga, el premio Manuel de Irujo, 2007. La presidenta de 11-M Afectados por el Terrorismo dijo sentirse muy "honrada" de que en "este país se nos considere un referente de la Justicia". Explica que la "tremenda campaña mediática y política en torno a la teoría de la conspiración" ha añadido de forma injustificada "dolor a las víctimas".
Pregunta: ¿Qué sentimientos le despierta recibir el premio?
Respuesta: El hecho de que el reconocimiento venga del País Vasco le da mucho valor, porque nadie como este país entiende de terrorismo. Nos sentimos muy orgullosos porque somos una asociación de afectados por el terrorismo que busca la justicia por todos los cauces democráticos. No somos una asociación de víctimas, porque eso conlleva una inacción.
"La división no es cierta. Las víctimas nos miramos a los ojos y nos reconocemos"
P. ¿Qué opinión le merece la política del Gobierno vasco respecto de las víctimas?
R. Tengo poco conocimiento, pero sí sé que tienen un área especifica que lleva una víctima, Maixabel Lasa. Eso da más cercanía que tener que acudir cada víctima a la oficina del Ministerio del Interior en Madrid. La cercanía es importante, y se lo hemos demandado a la Comunidad de Madrid. Nos dan la callada por respuesta.
P. ¿Quizás la relación sea más estrecha con las víctimas?
R. Aunque no lo creáis, la división de las víctimas no es cierta. Me llevo muy bien con Natividad Rodríguez, la viuda de Fernando Buesa, con Gorka Landaburu, me llevo muy bien con Pedro María Baglietto, el hijo de Ramón, y le agradezco que me mandara el libro. Nos miramos a los ojos y nos reconocemos como víctimas. Podría seguir dando nombres.
P. ¿Qué es lo más duro de revivir en el juicio el atentado del 11-M?
R. El modelo de terrorismo islamista. Unos terroristas que lo niegan todo, que dicen que no saben nada y que no conocen a nadie. Y, junto a ellos, algunos abogados, a los que el juez les ha dicho con contundencia que allí no está ETA. Infligen un dolor especial.
P. Insisten en la teoría de la conspiración.
R. Y eso a pesar de que se les ha caído el castillo de naipes, el de la mochila, el de la Orquesta Mondragón. Han vendido sus conciencias por un puñado de oyentes y de periódicos. Han elaborado una tremenda campaña mediática y política en torno a la teoría de la conspiración, que ha añadido de forma injustificada más dolor a las víctimas.
P. ¿Espera algo de los políticos que gobernaban en el momento del atentado?
R. Si en aquel primer momento no se acercaron a las víctimas, tres años y medio después es un poco tarde. Mañana [por hoy] hace tres años y dos meses, y creo que tiempo han tenido para decir un simple "lo siento" por lo que pudieran haber hecho mal. Ahora es tarde.
P. ¿Ni siquiera confía en que acabe el debate político sobre el asunto?
R. Si han seguido a pesar de que dos días después del atentado ya sabían que no era ETA, está claro que no les importamos nada, que somos un arma, y que sólo les interesamos a efectos de réditos electorales.