Una nevada tardía e intensa cubre de nuevo la comarca de Val d'Aran

Las precipitaciones de lluvia caídas de manera generalizada ayer en casi toda Cataluña se convirtieron en nieve en el Pirineo de Lleida. Después de varios días de soportar temperaturas casi veraniegas, el valle de Aran volvió a cubrirse de blanco con una nevada tardía e intensa, aunque no del todo infrecuente en estas épocas del año. Esta incidencia metereológica inesperada obligó a restringir el tráfico de camiones en el túnel de Vielha, en la N-230, y a utilizar cadenas para circular por la carretera de acceso al puerto de la Bonaigua.

Las nevadas de ayer, que cayeron a partir de los ...

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Las precipitaciones de lluvia caídas de manera generalizada ayer en casi toda Cataluña se convirtieron en nieve en el Pirineo de Lleida. Después de varios días de soportar temperaturas casi veraniegas, el valle de Aran volvió a cubrirse de blanco con una nevada tardía e intensa, aunque no del todo infrecuente en estas épocas del año. Esta incidencia metereológica inesperada obligó a restringir el tráfico de camiones en el túnel de Vielha, en la N-230, y a utilizar cadenas para circular por la carretera de acceso al puerto de la Bonaigua.

Las nevadas de ayer, que cayeron a partir de los 1.000 metros de altura, obligaron a la Generalitat a activar el plan de emergencias por nevadas Neucat en fase de alerta a partir de las 13.41 horas, al tiempo que el Departamento de Interior aconsejaba a los automovilistas que tenían que viajar en esas condiciones meteorológicas extremar las precauciones e informarse sobre el estado de las carreteras.

Algunos esquiadores volvieron a sacar sus esquís y, bajo la nevada, realizaron los últimos descensos de una temporada caracterizada paradójicamente por la ausencia casi total de nieve en los meses centrales de invierno y por la presencia de este fenómeno metereológico en los inicios de la primavera, ya que las grandes precipitaciones de nieve se produjeron a finales de marzo.

Esta inesperada nevada del puente del 1 de mayo ha coincidido con el final de la temporada de esquí. La última estación en cerrar sus instalaciones ha sido Port Ainé, en el Pallars Sobirà, y lo ha hecho, al igual que el resto, con un balance negativo debido a un descenso de entre el 25% y el 30% de esquiadores respecto la temporada anterior. Desde el pasado 6 de diciembre, este complejo ha vendido 125.000 entradas, la mayoría durante la Semana Santa.

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