Al fondo, la energía nuclear

Para incrementar su capacidad exportadora, Kazajistán realiza enormes obras de infraestructura que han provocado un auge económico sin precedentes en las regiones costeras del Caspio. Se construye un nuevo puerto (Kuryk) con capacidad para petroleros de gran tonelaje que sustituirá al de Aktau como terminal de carga de hidrocarburos. Kuryk se unirá a los yacimientos del norte del Caspio por un oleoducto. En Aktau y Atirau, los centros regionales más beneficiados por el boom, han aparecido hoteles y restaurantes de lujo y complejos de viviendas cercados y vigilados para los especialistas...

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Para incrementar su capacidad exportadora, Kazajistán realiza enormes obras de infraestructura que han provocado un auge económico sin precedentes en las regiones costeras del Caspio. Se construye un nuevo puerto (Kuryk) con capacidad para petroleros de gran tonelaje que sustituirá al de Aktau como terminal de carga de hidrocarburos. Kuryk se unirá a los yacimientos del norte del Caspio por un oleoducto. En Aktau y Atirau, los centros regionales más beneficiados por el boom, han aparecido hoteles y restaurantes de lujo y complejos de viviendas cercados y vigilados para los especialistas internacionales. El vertiginoso desarrollo del sector contrasta con la escasez de infraestructura más elemental. Por tierra, Aktau y Atirau están unidas por carreteras infames a través de un desierto transitado por camellos. Por aire, ambas ciudades están conectadas por modernos Boeing y Airbus en los que se desplazan los ejecutivos del petróleo.

Con todo, Kazajistán piensa en el futuro y una de sus prioridades es utilizar los beneficios del petróleo para desarrollar otros sectores y también diversificar sus fuentes de producción energética. En ese sentido, se ha asociado con Rusia para desarrollar la energía nuclear y aprovechar la experiencia acumulada por la industria militar ubicada en su territorio en época soviética. Uno de los planes es construir y comercializar un reactor basado en el que llevaba el submarino Kursk. Según el presidente de la empresa de energía atómica de Kazajistán, Mujtar Dzhakishev, este reactor probó su seguridad al salir indemne de aquel accidente.

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