Reportaje:SIGNOS

Una comedia bélica

Víctor Miró rueda el corto 'La delgada y estrecha línea roja' en una finca de Camas

Detrás de una trinchera de bolsas acumuladas de arena se pueden librar varias batallas. La esperada, una contienda con intercambio de disparos en plena Guerra Civil. Y la sorprendente, un tiroteo de reproches y acusaciones sobre infidelidad en el abrupto escenario bélico. El director y guionista Victor Miró (Palma de Mallorca, 1984), afincado en Jerez (Cádiz), acaba de terminar el rodaje en Camas (Sevilla) de su segundo cortometraje La delgada y estrecha línea roja, una historia cómica sobre el absurdo de las peleas, las que enfrentan a un país entero y las que provoca el amor.

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Detrás de una trinchera de bolsas acumuladas de arena se pueden librar varias batallas. La esperada, una contienda con intercambio de disparos en plena Guerra Civil. Y la sorprendente, un tiroteo de reproches y acusaciones sobre infidelidad en el abrupto escenario bélico. El director y guionista Victor Miró (Palma de Mallorca, 1984), afincado en Jerez (Cádiz), acaba de terminar el rodaje en Camas (Sevilla) de su segundo cortometraje La delgada y estrecha línea roja, una historia cómica sobre el absurdo de las peleas, las que enfrentan a un país entero y las que provoca el amor.

Para Miró, terminar en sólo tres días el rodaje ha sido todo un desafío. Ha comprobado en primera persona las dificultades de hacer cine tras una primera experiencia en vídeo digital. "Es una doble presión porque todo tiene que estar muy bien preparado para no malgastar película y, a la vez, debes cumplir todos los plazos fijados", detalla. Su segunda incursión en el mundo del cortometraje es la materialización de un deseo que, como otros cineastas, llegó de una precoz afición al cine.

La película narra un enfrentamiento ocurrido durante la Guerra Civil

El joven director probó primero estudiando Biología. No le hizo falta más de un curso para comprobar que aquello no era lo suyo. Después lo intentó en Filología Inglesa. "Me gustaba un poco más pero tampoco me convencía". Al menos, la facultad le ayudó a encontrar en un cartel anunciador su camino. "Era para realizar unas pruebas como actor en un corto. Me presenté y me cogieron", recuerda. Aquel trabajo se llamó Crisálida, de Carlos Tuñón, una historia sobre la búsqueda estéril de una joven, un corto que tuvo un importante recorrido en Sevilla.

Miró decidió entonces centrar sus esfuerzos formativos en lo que a él le gustaba. Por eso se apuntó en varios cursos de interpretación y de teatro. También apostó por ingresar en la Escuela Andaluza de Cinematografía de Sevilla, donde ha podido tener acceso a sus primeras experiencias creativas tras la cámara. La primera tuvo un nombre ibérico: Pata negra. "Era una comedia sobre el machismo. Un hombre acostumbrado a tratar mal a las mujeres se despierta un día en un cuerpo femenino. A partir de ahí, sufrirá todos los desprecios que él antes había hecho". Aquel primer paso en el cine fue en formato digital. El corto ha pasado por varios festivales gracias al respaldo de la Escuela.

La segunda oportunidad ha llegado ya en formato cine. Durante tres días de abril, Miró y un numeroso equipo ha rodado en una finca de Camas una historia escrita por él mismo. Ha sido también su debut como guionista. "Quería hacer otra comedia pero también una película bélica", argumenta para explicar su apuesta por este relato. Decidió llamarlo La delgada y estrecha línea roja, en burlón homenaje a la cinta de Terrence Malick de título similar. También comparten un campo de batallas como escenario pero el tono y el desarrollo argumental es completamente distinto.

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La película de Miró narra en escaso tiempo el enfrentamiento entre dos republicanos y dos rebeldes durante la Guerra Civil. Cada uno se refugia en una trinchera y ahí comienza un intercambio de tiros. Pero no sólo habrá reparto de balas. Las palabras lanzadas también irán envenenadas y así descubrirán que la novia de uno también ha estado con otro. La aparición de más personajes, incluida la protagonista de la supuesta infidelidad, complicará el argumento hasta su desenlace. "Creo que a través de la comedia se pueden contar muchas cosas", explica el director, quien ha elegido el humor como vehículo para trasladar su mensaje sobre el absurdo de todos los tipos de guerras.

El montaje y la posproducción llevarán a Víctor Miró a seguir trabajando en este corto hasta septiembre, cuando espera tenerlo concluido para su estreno. También espera presentarlo en varios festivales. "Lo subtitularemos para llevarlo también a algún certamen internacional", anuncia. Es optimista con el material rodado. "Creo que puede salir algo muy bueno". El viaje de su comedia bélica acaba de empezar.

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