"La muerte de Dink fue una señal"
El pastor evangelista catalán Carlos Madrigal, de 47 años, lleva casi media vida oficiando como ministro cristiano protestante en la parte asiática de Estambul, donde recibió ayer como un mazazo la noticia del asesinato de sus correligionarios en la ciudad de Malatya.
"La editorial Zirve publica desde hace casi dos décadas Biblias y literatura cristiana en Turquía", explicaba ayer Madrigal en una conversación telefónica con EL PAÍS. "Nuestros compañeros llevaban más de cinco años trabajando sin ningún problema en el este de Anatolia, una región con población armenia cristiana... Claro q...
El pastor evangelista catalán Carlos Madrigal, de 47 años, lleva casi media vida oficiando como ministro cristiano protestante en la parte asiática de Estambul, donde recibió ayer como un mazazo la noticia del asesinato de sus correligionarios en la ciudad de Malatya.
"La editorial Zirve publica desde hace casi dos décadas Biblias y literatura cristiana en Turquía", explicaba ayer Madrigal en una conversación telefónica con EL PAÍS. "Nuestros compañeros llevaban más de cinco años trabajando sin ningún problema en el este de Anatolia, una región con población armenia cristiana... Claro que, de vez en cuando, como todos nosotros, recibían amenazas de grupos extremistas por escrito, o por teléfono o correo electrónico". Madrigal recordaba ayer a su amigo Hrant Dink, el periodista de la comunidad armenia turca asesinado por un ultraderechista el pasado enero ante la sede de su revista en Estambul. "Hrant Dink era también un cristiano protestante. Su muerte nos conmovió profundamente y fue una señal de alerta para todos nosotros en Turquía", reconocía el religioso barcelonés.