Sevilla acoge el cansancio infinito de 'La planchadora', de Picasso

El Guggenheim de Nueva York cede el cuadro al Museo de Bellas Artes

La planchadora (1904), un lienzo de Pablo Ruiz Picasso marcado por su dramatismo, podrá verse a partir de hoy en el Museo de Bellas Artes de Sevilla. El cuadro, que pertenece al Museo Guggenheim de Nueva York, estará expuesto en la pinacoteca sevillana hasta el próximo 29 de julio. La planchadora, que es un ejemplo sobresaliente del llamado periodo azul de Picasso, muestra la soledad de una mujer agotada por el trabajo.

El Museo de Bellas Artes alberga La planchadora como obra invitada, una actividad que, patrocinada por la Fundación El Monte, intenta ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

La planchadora (1904), un lienzo de Pablo Ruiz Picasso marcado por su dramatismo, podrá verse a partir de hoy en el Museo de Bellas Artes de Sevilla. El cuadro, que pertenece al Museo Guggenheim de Nueva York, estará expuesto en la pinacoteca sevillana hasta el próximo 29 de julio. La planchadora, que es un ejemplo sobresaliente del llamado periodo azul de Picasso, muestra la soledad de una mujer agotada por el trabajo.

El Museo de Bellas Artes alberga La planchadora como obra invitada, una actividad que, patrocinada por la Fundación El Monte, intenta dar a conocer en Sevilla piezas procedentes de otras colecciones. El director del Museo de Bellas Artes, Antonio Álvarez, destacó ayer que "es la primera vez que se ve La planchadora en España". La consejera de Cultura, Rosa Torres, señaló que es la obra invitada "más importante" de las mostradas en Sevilla.

El cuadro se expone en la capital andaluza como contraprestación a la cesión del Museo de Bellas Artes de la Dolorosa, de Murillo, y San Hugo en el refectorio, de Zurbarán, a la muestra Del Greco a Picasso, que se celebró en el Museo Guggenheim de Nueva York.

Picasso se instaló definitivamente en París en la primavera de 1904. Tres años antes, el suicidio de su amigo Carlos Casagemas trajo un cambio decisivo en su vida y su manera de concebir la pintura. De hecho, su periodo azul se desarrolló entre 1901 y 1904.

Picasso pintó una primera versión de La planchadora en 1901. En la segunda versión, fechada tres años después y que es la que se puede ver en el Museo de Bellas Artes, se renuncia a cualquier forma de ambientación doméstica para resaltar la soledad y la dureza de una vida agobiante.

Unas formas angulosas y unas líneas incisivas crean una figura inquietante. La delgadez enfermiza, las enormes ojeras y el cuerpo encorvado de la mujer dan una sensación de agotamiento infinito.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En