Mugabe logra el apoyo de los países vecinos pese a la represión policial en Zimbabue

La ONU alerta del riesgo de hambruna en el Estado africano tras la mala cosecha de maíz

La cumbre extraordinaria de la Comunidad para el Desarrollo del Sur de África (SADC), que reunió en Tanzania a 14 países de la zona, tuvo dos discursos opuestos. Uno exterior -de apoyo al presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, de 83 años, con un llamamiento al levantamiento de las sanciones económicas de Estados Unidos y la Unión Europea- y otro privado, en el que expresaron al veterano dictador zimbabuense (en el poder desde 1980) su preocupación por la situación interna de su país y los ataques contra los líderes de la oposición democrática.

El objetivo es demostrar su independencia d...

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La cumbre extraordinaria de la Comunidad para el Desarrollo del Sur de África (SADC), que reunió en Tanzania a 14 países de la zona, tuvo dos discursos opuestos. Uno exterior -de apoyo al presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, de 83 años, con un llamamiento al levantamiento de las sanciones económicas de Estados Unidos y la Unión Europea- y otro privado, en el que expresaron al veterano dictador zimbabuense (en el poder desde 1980) su preocupación por la situación interna de su país y los ataques contra los líderes de la oposición democrática.

El objetivo es demostrar su independencia de los países occidentales, que exigían una condena del régimen de Mugabe. El presidente tanzano, Jakaya Kikwete, anfitrión de la cumbre en Dar es Salam, aseguró que la decisión de nombrar mediador en la crisis al presidente surafricano, Thabo Mbeki, representa un cambio importante, pues la SADC es propensa a defender la no injerencia en los asuntos internos de los países miembros. Los 14 apoyaron así la diplomacia silenciosa que Pretoria practica desde hace años con su vecino Zimbabue.

Tras la brutal represión policial contra los líderes del Movimiento para el Cambio Democrático (MDC), la mano derecha de Mbeki, Phumzile Mlambo-Ngcuka, se entrevistó en Suráfrica con la vicepresidenta de Zimbabue, Joyce Mujuru, cuyo marido lidera una facción del Zanu-PF que aboga por dar paso a un líder más joven.

Mugabe explicó a sus homólogos reunidos en Dar es Salam que según las informaciones suministradas por su policía, el MDC estaba detrás de los Comités de Resistencia Democrática, autores de ataques con cóctel mólotov contra algunas comisarías. Los líderes africanos optaron por no poner en aprietos a quien fuera uno de los padres del movimiento de liberación anticolonial en los ochenta. Preocupa sobre todo que la inestabilidad en Zimbabue afecte a la región. Tras salir airoso de Tanzania, cita que se presentaba complicada a priori, Robert Mugabe espera ahora lograr una nueva nominación de su partido para ser candidato a la presidencia de Zimbabue en unas elecciones que deberían celebrarse en 2008. Naciones Unidas alertó ayer de que la cosecha de maíz sólo va a cubrir un tercio de las necesidades y que casi un millón y medio de los 12 millones de habitantes del país están en grave riesgo de padecer una hambruna este año. Zimbabue tiene una hiperinflación del 1.740% y un desempleo del 80%. La organización de EE UU de defensa de los derechos humanos, Human Rights Watch, alertó de que la actual represión policial en Zimbabue afecta tanto a los militantes de la oposición como a cualquier vecino.

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