Cartas al director

Por alusiones

En su artículo semanal publicado en EL PAÍS del domingo, día 25 de marzo, Javier Pradera se refiere a mis declaraciones sobre el papel de España en la guerra de Irak con una serie de consideraciones que me veo obligado a matizar:

1. No pertenezco a ninguna línea -ni dura ni blanda- del Grupo Popular. Me limito a cumplir con mi deber parlamentario como portavoz de UPN en el Congreso y procuro ajustarme al pensamiento centrista que ha inspirado mi trayectoria política desde los años de la transición.

2. En mi libro 11-M. Demasiadas preguntas sin respuesta no se...

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En su artículo semanal publicado en EL PAÍS del domingo, día 25 de marzo, Javier Pradera se refiere a mis declaraciones sobre el papel de España en la guerra de Irak con una serie de consideraciones que me veo obligado a matizar:

1. No pertenezco a ninguna línea -ni dura ni blanda- del Grupo Popular. Me limito a cumplir con mi deber parlamentario como portavoz de UPN en el Congreso y procuro ajustarme al pensamiento centrista que ha inspirado mi trayectoria política desde los años de la transición.

2. En mi libro 11-M. Demasiadas preguntas sin respuesta no se sustenta ninguna teoría conspirativa, ni se esboza tesis alguna sobre la autoría de la masacre de Madrid. Tampoco se sostiene la participación de ETA en el atentado. No es la primera vez que Pradera me atribuye -al igual que otros columnistas de EL PAÍS- la condición de paladín parlamentario de la "teoría de la conspiración", según la cual el 11-M habría sido fruto de una conjura entre islamistas, etarras, servicios secretos extranjeros (marroquíes y aun franceses) y sectores policiales vinculados al antiguo secretario de Estado de Seguridad, Rafael Vera. Recomiendo la lectura de mi libro donde, con los datos de que disponíamos a finales de 2004, se exponían los numerosos interrogantes que en aquellos momentos carecían de respuesta. Nada me gustaría más que poder escribir, cuando la Audiencia Nacional dicte su primera sentencia, que todas las preguntas contenidas en mi libro han tenido cumplida respuesta.

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3. Es radicalmente incierto que al conocer mis declaraciones en las que afirmaba que el error de Aznar fue la foto de las Azores porque transmitía una imagen distorsionada de nuestra participación en el conflicto, Ángel Acebes y Eduardo Zaplana saltaron como tigres sobre mí. Si el primero aludió a mi condición de miembro de UPN fue porque alguna mente estalinista le preguntó si el Partido Popular iba a adoptar medidas disciplinarias contra mí. Lo único que lamento es que mis declaraciones hayan sido utilizadas para atacar al Partido Popular, cuando se trataban de una reflexión autocrítica realizada con la perspectiva de cuatro años.

4. No he recibido ninguna reconvención ni de la dirección del Grupo Parlamentario -a la que pertenezco- ni del presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, que, por cierto, el próximo día 12 de abril presentará en Pamplona mi último libro titulado Navarra, el precio de la traición, de cuyo prólogo es autor.

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