Reportaje:

El rescate de la mariposa

Dos periodistas españoles filman un documental sobre una joven de Camboya que fue liberada de la trata de mujeres en Asia

Menuda y frágil, reunió suficiente fuerza y tenacidad para rebelarse y escapar del espeluznante destino de esclava sexual en el que la enterraron durante dos años, en un mísero prostíbulo de Malasia. La historia de la joven camboyana Veasna Chan no es común entre las más de 300.000 adolescentes del sureste asiático que cada año son vendidas a mafias de la prostitución porque ella, cuyo nombre significa destino, logró escapar y rehacer su vida.

Hoy cuida en su país a niños que también cayeron en las garras de torturadores sexuales. Chan recobró normalidad. Fue reducida a ser "un gusano" ...

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Menuda y frágil, reunió suficiente fuerza y tenacidad para rebelarse y escapar del espeluznante destino de esclava sexual en el que la enterraron durante dos años, en un mísero prostíbulo de Malasia. La historia de la joven camboyana Veasna Chan no es común entre las más de 300.000 adolescentes del sureste asiático que cada año son vendidas a mafias de la prostitución porque ella, cuyo nombre significa destino, logró escapar y rehacer su vida.

Hoy cuida en su país a niños que también cayeron en las garras de torturadores sexuales. Chan recobró normalidad. Fue reducida a ser "un gusano" pero consiguió recuperar "la libertad de una mariposa". Aunque nunca dejará de "sentir dolor", ni tampoco descansará, cuenta, hasta ver entre rejas a Alec, el acaudalado traficante de mujeres que destrozó su juventud.

La busca que emprendió Veasna Chan de su pasado para cerrar heridas y reconstruir un presente constituye el guión del documental Mariposas del Mekong realizado por los periodistas españoles Pedro Barbillo y Carlos Ayuso y difundido ayer en A Coruña por Caixa Galicia, en el marco de su campaña de apoyo a las organizaciones que trabajan por los derechos y la dignidad de las mujeres prostituidas.

Pobreza y ausencia de educación constituyen el caldo de cultivo para someter a millares de jóvenes a la esclavitud sexual en los países más ricos. La trata de mujeres es ya el segundo negocio ilícito más lucrativo del mundo, por encima de la venta de armas y tras el tráfico de drogas. Y aunque está tipificado como delito contra la humanidad, al igual que los crímenes de guerras como los de Serbia o de dictaduras como la argentina, aún es hoy el día en que sigue sin llegar la menor denuncia hasta el Tribunal Internacional de la Haya.

"No se puede separar prostitución de tráfico", destacó la directora de Alecrín, Ana Míguez, que acompañó a Chan en la presentación del documental realizado por los periodistas españoles. En Galicia, la responsable del colectivo feminista calcula que hay unas 12.000 mujeres forzadas a prostituirse. "Todas tienen una deuda con su captador, sea por no tener papeles o por enviar dinero a sus familias", destaca Ana Míguez. Y subraya que prolifera últimamente "una nueva fórmula para escapar de los controles legales: los pisos, donde obligan a dormitar, sin descanso, a las mujeres".

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Veasna Chan asiente. Educación y formación ayudarían a reducir el número de adolescentes de aldeas pobres de Vietnam o Camboya que, como ella, son engañadas con la oferta de un trabajo para caer en la prostitución forzada en los ricos países de capitalismo salvaje como Malasia o Tailandia. La joven, con 17 años, despertó en un burdel en Malasia, tras ser vendida por 1.500 dólares por una vecina de su pueblo. Y para someterla, la drogaron con una adictiva anfetamina, la yaba, que convierte a su consumidora en dócil y obediente.

"Todo está por hacer, pero es posible reducir el tráfico de mujeres si la sociedad internacional se une para actuar", opina el antropólogo francés Pierre Le Roux, especialista en la trata de mujeres en el sureste asiático. En el documental, viaja, por indicación de Chan, hasta el burdel de Malasia donde fue torturada dos años para tratar de rescatar a tres amigas que le habían ayudado a huir. Pero las chicas ya no están. Más de la mitad no suelen sobrevivir más de cinco años a la esclavitud sexual.

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