Reportaje:

La Biblioteca (pública) Nacional

Talleres, cuentacuentos y visitas guiadas tratan de abrir un centro que quiere ser mucho más que un rincón

-¿Por qué se inventó la escritura?

-Para comunicarse -contestan a la vez varias voces entre los alumnos de 2º de secundaria del instituto público Jaime Vera.

-Pero para eso podían hablar.

-Para que se conservara -vuelve a contestar, ya sólo, Fernando, de 15 años.

-Por la pasta..., el dinero -resuelve por fin Jesús, uno de los guías del Museo de la Biblioteca Nacional. Explica que la escritura nació hace más de 6.000 años por necesidades comerciales, para que quedara constancia del número de ovejas que vendió algún pastor. Después ya vino la literatura, la ciencia, t...

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-¿Por qué se inventó la escritura?

-Para comunicarse -contestan a la vez varias voces entre los alumnos de 2º de secundaria del instituto público Jaime Vera.

-Pero para eso podían hablar.

-Para que se conservara -vuelve a contestar, ya sólo, Fernando, de 15 años.

-Por la pasta..., el dinero -resuelve por fin Jesús, uno de los guías del Museo de la Biblioteca Nacional. Explica que la escritura nació hace más de 6.000 años por necesidades comerciales, para que quedara constancia del número de ovejas que vendió algún pastor. Después ya vino la literatura, la ciencia, todo el conocimiento impreso en barro, papel, y luego, anteayer, un disquete o un ordenador. Y todo está en la Biblioteca Nacional.

"No sólo incunables", continúa el guía del museo que se acaba de reabrir, renovado, hace apenas un mes. Esta institución conserva una copia de todo material impreso, tebeos, mapas, carteles de cine, incluso el material efímero, desde una invitación de bautizo de 1913 a un pase de discoteca. "Si colocásemos uno detrás de otro los libros que tenemos, llegaríamos hasta Londres", dice Jesús, y vuelve a captar la atención de los más dispersos.

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"Convertir la Biblioteca Nacional en un lugar de encuentro cultural de todos los ciudadanos" es el primer objetivo del plan estratégico de la entidad, señala su directora, Rosa Regàs. Así explica la renovación del museo con las visitas guiadas para colegios y todo tipo de grupos, el impulso de talleres, exposiciones, tertulias y otras actividades, quizá la más espectacular, la representación, en 2005, de un Quijote hip-hop. "Lo que pretendo es que conozcan un patrimonio que es de todos", asegura Regàs.

Admite dificultades, como que se avanza "poco a poco", adaptando los medios y el organigrama a las nuevas actividades pero sin olvidar el resto del trabajo: "Aquí llegan cada mes 14 toneladas de objetos impresos" a través del Registro del Depósito Legal. La cifra de visitantes de 2005, que Regàs asegura que ha crecido, fue de 783.400. Hasta el 28 de abril, ya están previstas 25 visitas de colegios. Y los fines de semana, talleres.

-¿A quién le gustaban los romances?

-A mí, a mí -grita Mariana, de cinco años, entusiasmada tras escuchar el romance del Conde Olinos: "Madrugaba el Conde Olinos / mañanitas de San Juan / a dar agua a su caballo / a las orillas del mar [...]". "Es que nosotros en casa cantamos este poema", dice su madre, Montserrat Ortega (de 35 años). Ha acudido un sábado, junto a Mariana y su otra hija, Lucía (de tres años), al cuentacuentos sobre los romances que ofrece Rosa Muñoz.

Vestida con un traje medieval, la cuentacuentos acompaña la recitación con explicaciones sobre este tipo de versos e implica al público con preguntas, bromas y sacándoles a leer con ella. Y no sólo hay padres con niños en el público. Miguel Paneque, abogado de 37 años, andaluz residente en Las Palmas y turista de fin de semana en Madrid, vio la actividad anunciada en la web de la biblioteca y se animó a ir con unos amigos: "Me parece la mejor manera de acercarse a los romances", comenta.

Más información en www.bne.es

Un grupo de niños participa en una actividad en el nuevo museo de la Biblioteca Nacional.LUIS MAGÁN

Millones de páginas

Desde 2004, cualquier persona puede obtener un carné de la Biblioteca Nacional, simplemente mostrando el carné de identidad. Eso sí, para consultar los fondos a partir de 1931; los documentos anteriores siguen reservados a los investigadores.

La otra gran apuesta para facilitar el acceso a los fondos es la página web del organismo (www.bne.es). La biblioteca digital pone a disposición de los internautas más de 9.000 fondos a los que, próximamente, señala la directora, Rosa Regàs, se le sumarán otro "medio millón de páginas". La virtud de la web es que no sólo facilita el acceso a los investigadores, sino a cualquiera, por ejemplo, a un alumno de secundaria que tenga que hacer un trabajo de clase.

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