Reportaje:

Sábado reivindicativo

Cientos de ciudadanos se movilizan en Valencia, Castellón, Barxeta y Orihuela contra la gestión de las administraciones

Centenares de personas dedicaron ayer parte de su tiempo libre del sábado a expresar en las calles su protesta, descontento o preocupación por la gestión de las administraciones públicas y algunos políticos, a los que enviaron sus mensajes de cara a las próximas elecciones municipales y autonómicas.

En Valencia, un mar de miles de banderitas blancas plantadas en la plaza del Ayuntamiento resumió el malestar de una veintena de asociaciones y colectivos con la gestión de la alcaldesa, Rita Barberá, del PP. Reivindicaciones vecinales repetidas mandato a mandato, como los espacios verdes de...

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Centenares de personas dedicaron ayer parte de su tiempo libre del sábado a expresar en las calles su protesta, descontento o preocupación por la gestión de las administraciones públicas y algunos políticos, a los que enviaron sus mensajes de cara a las próximas elecciones municipales y autonómicas.

En Valencia, un mar de miles de banderitas blancas plantadas en la plaza del Ayuntamiento resumió el malestar de una veintena de asociaciones y colectivos con la gestión de la alcaldesa, Rita Barberá, del PP. Reivindicaciones vecinales repetidas mandato a mandato, como los espacios verdes de El Botànic y el Parque Central, viviendas de protección oficial, el traslado de la clínica Virgen del Consuelo o el rechazo a la apertura de Blasco Ibáñez por El Cabanyal, se mezclaron con otras más recientes, como la oposición al pelotazo de Mestalla, la subestación eléctrica de Patraix, la recuperación de Tabacalera o de la cárcel Modelo. "Aprueban a su gusto lo que hacer con la ciudad sin contar con los ciudadanos", denunció Ana Puchalt, portavoz de la plataforma contraria al nuevo estadio del Valencia. Su aseveración refleja el sentir de los vecinos y colectivos reunidos en la plataforma Acció y Reflexió Ciutadana per València, organizadora del acto. "Queremos una Valencia habitable, saludable, sostenible y solidaria", reclamó la plataforma megáfono en mano. Sus quejas fueron escuchadas por paseantes, curiosos y candidatos a la alcaldía y concejales del PSPV-PSOE y EU-L'Entesa.

Mientras el manto de banderas de protesta luchaba contra el viento, varios centenares de personas recorrieron las calles entre el puente de Ademuz y la plaza del Ayuntamiento para exigir un centro de acogida de inmigrantes. Organizada por la Mesa de Entidades de Solidad, la Red de Acogida para la Integración de los Inmigrantes, el Foro Alternativo de la Inmigración y la Asamblea Baobab, los manifestantes exigieron el centro al gobierno local y autonómico "porque es una cuestión de justicia" y una "necesidad" mientras haya personas venidas de otros países para trabajar que duerman bajo los puentes del viejo cauce. "[La Generalitat] prestaría más atención a la situación de los inmigrantes y a los servicios sociales si fueran algo espectacular y visible como la Copa del América", denunció Lola Duato, de la Mesa de Entidades de Solidaridad.

Mientras, Barxeta se convirtió en la capital valenciana contra la alta tensión. El municipio de La Costera fue el punto de encuentro de organizaciones cívicas, ecologistas y colectivos educativos y culturales de toda la Comunidad Valenciana unidos contra la línea de alta tensión que Iberdrola construye entre Villanueva de Castellón y Gandia. La convocatoria partió del Fòrum Unitari contra l'Alta Tensió (FUCAT), la Coordinadora contra l'Alta Tensió per la Valldigna, la Plataforma pels Pobles de la Safor y el Ayuntamiento de Barxeta, dirigido por Vicent Antoni Giner (EU-L'Entesa), que lidera junto al de Simat de la Valldigna el movimiento contra la obra y ha llevado su lucha a los juzgados y a la Unión Europea. La línea afecta a más de una decena de municipios de La Costera, la Ribera y La Safor-Valldigna, que han anunciado su intención de sumarse a las acciones legales. La jornada festivo-reivindicativa se inició por la mañana con la inauguración de una exposición de artistas contra la alta tensión en la Casa de Cultura, y un concierto con músicos valencianos. Por la tarde se celebró una manifestación por las calles de Barxeta a la que se sumaron vecinos y políticos de los municipios afectados.

Otro recorrido escogieron 200 personas convocadas por la plataforma La Vega Baja no se vende, que pasearon su protesta por la Cala Mosca, la última zona verde de la costa de Orihuela. El PP ha aprobado un PAI que contempla 1.500 viviendas sobre casi medio millón de metros cuadrados en la única zona de costa de Orihuela sin edificar. Miguel Ángel Pavón, uno de los organizadores de la protesta, exigió la intervención de la Generalitat y del Ministerio de Medio Ambiente para parar lo que calificó de "barbaridad".

Contra la urbanización descontrolada se pronunció también Escola Valenciana, que conmemoró en Xàtiva el 300 aniversario de la batalla de Almansa y la pérdida de los fueros. La IV Nit de L'Escola Valenciana exigió por boca de Diego Gómez "un futuro más participativo, más respetuoso con el territorio" y "con más valenciano".

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El rechazo a la política urbanística reunió a 17 colectivos en la plaza de las Aulas de Castellón, donde celebraron el I Encuentro de Plataformas, Colectivos y Asociaciones en defensa del territorio. El encuentro culminó con la lectura de un manifiesto en el que hicieron una llamada a la "reflexión seria" sobre la ordenación del territorio y sus efectos en el medio ambiente, la salud y la calidad de vida.

La protesta más tardía, a las dos de la mañana, fue la organizada por la federación de hostelería de Valencia contra la nueva Zona Acústicamente Saturada de Menéndez Pelayo, decretada a raíz de una sentencia que ganaron los vecinos tras denunciar el exceso de ruido. Los hosteleros invitaron a encender 100.000 bengalas.

Con información de Ezequiel Moltó, Eva Batalla, María Fabra y Sara Velert.

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