Las operaciones de cirugía estética y los alimentos dietéticos entran en el IPC
La cirugía estética está cada vez más presente en la publicidad, en las caras y en los cuerpos de los consumidores. Y, desde ahora, también figura en el índice de precios de consumo (IPC), el indicador que informa de la evolución de los precios en España. El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicará el próximo día 20 los datos de la inflación de enero, que incluyen numerosas novedades. Entran los precios de las operaciones de cirugía estética y de miopía, cada vez más demandadas por los consumidores. Y aparecen también los de servicios relacionados con la salud como la homeopatía y el ...
La cirugía estética está cada vez más presente en la publicidad, en las caras y en los cuerpos de los consumidores. Y, desde ahora, también figura en el índice de precios de consumo (IPC), el indicador que informa de la evolución de los precios en España. El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicará el próximo día 20 los datos de la inflación de enero, que incluyen numerosas novedades. Entran los precios de las operaciones de cirugía estética y de miopía, cada vez más demandadas por los consumidores. Y aparecen también los de servicios relacionados con la salud como la homeopatía y el fisioterapeuta -que sustituyen a otros servicios paramédicos que han perdido representatividad-, así como alimentos dietéticos e infantiles.
Las modificaciones en las bases de cálculo del IPC obedecen a cambios en las preferencias de los consumidores, medidas a partir de la Encuesta Continua de Presupuestos Familiares. El anterior cambio de base de 2001, por ejemplo, supuso la salida de la máquina de escribir, sustituida por productos informáticos.
La nueva cesta de la compra incluida en el IPC incrementa la cantidad de artículos analizados -de 484 a 491- y el número de municipios en los que se toman muestras, 177 localidades frente a las 141 de la base anterior.
Además de la sustitución de unos artículos por otros para dar cabida a los sectores en auge en detrimento de los productos cuyo consumo ha ido decreciendo, como la carne de vaca -sustituida por la ternera y el añojo-, algunos lácteos, el tejido para confección y para tapizar o el servicio de reparación de ciertos electrodomésticos cuyo consumo ha dejado de ser significativo