Crítica:

Diarios sin sangre

Sólo a veces da uno con el aforismo que vale por una declaración de principios suficiente, y en este dietario de José Carlos Llop me parece que hay uno de ese tipo: "La virtud de la piedad frente a las tentaciones de la inteligencia y su tendencia a la crueldad". No es que diga que es un programa literario pero el volumen entero rehúsa la fiereza o el ensañamiento de diaristas contemporáneos, se llamen García Martín o Roger Wolfe, porque la apuesta tiene otros visos estéticos y éticos. Si los cuadernos de escritor tienden al dibujo de las nimiedades de una abstracción imaginaria (el yo), tiend...

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Sólo a veces da uno con el aforismo que vale por una declaración de principios suficiente, y en este dietario de José Carlos Llop me parece que hay uno de ese tipo: "La virtud de la piedad frente a las tentaciones de la inteligencia y su tendencia a la crueldad". No es que diga que es un programa literario pero el volumen entero rehúsa la fiereza o el ensañamiento de diaristas contemporáneos, se llamen García Martín o Roger Wolfe, porque la apuesta tiene otros visos estéticos y éticos. Si los cuadernos de escritor tienden al dibujo de las nimiedades de una abstracción imaginaria (el yo), tienden también los de José Carlos Llop a ser el laberinto escogido, amputado, de una sensibilidad ajena a los atropellos, alérgica a los dramatismos retóricos, parca en estridencias. Y eso sólo resuena cuando se burla de sí mismo, de sus propias alegrías privadas de poeta o de autor premiado por sorpresa. Se escuchan las voces de sus amigos, alguno tan locuaz y algebraico como Pere Gimferrer, y se escuchan sus mejores filias: un preciso apunte a la muerte de un ambiguo Ernst Jünger (La escafandra recoge hojas de 1999-2000), Lou Reed y la memoria de uno mismo, la listura a veces irritante del mundo de Tintín, la percepción de un gran diarista como Ionesco, la sospecha de los mitos como anteojeras de las lecturas de nuestros poetas (Lorca o Guillén, Salinas o Aleixandre) o la sospecha de los libros míticos como El jardín de los Finzi-Contini de Bassani. Y desde luego el asedio al propio oficio de novelista, con huellas dispersas en todo el diario, y un humor latente, discreto, con la marca leve del escéptico algo ausente de este mundo.

LA ESCAFANDRA. DIARIOS, 1998-2000

José Carlos Llop

Destino. Barcelona, 2006

190 páginas. 18,50 euros

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