Manuel Sacristán, punto de partida para la historia cultural y política de Cataluña

Durante varios años un equipo diverso ha estado trabajando en un largo documental sobre Manuel Sacristán (Barcelona, 1925-1985). El resultado es un documental de 12 horas y 40 minutos de duración dirigido por Xavier Juncosa, que ya llevaba una larga serie de películas de este tipo a sus espaldas. Y también un libro que ha editado El Viejo Topo. Todo junto forma un "Integral Sacristán". Ayer, el equipo dio el trabajo por terminado. "Se acabó", dijo Juncosa, antes de reconocer que ahora tiene "mono de abstinencia".

El proyecto nació financieramente huérfano y ha sido sufragado con aportac...

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Durante varios años un equipo diverso ha estado trabajando en un largo documental sobre Manuel Sacristán (Barcelona, 1925-1985). El resultado es un documental de 12 horas y 40 minutos de duración dirigido por Xavier Juncosa, que ya llevaba una larga serie de películas de este tipo a sus espaldas. Y también un libro que ha editado El Viejo Topo. Todo junto forma un "Integral Sacristán". Ayer, el equipo dio el trabajo por terminado. "Se acabó", dijo Juncosa, antes de reconocer que ahora tiene "mono de abstinencia".

El proyecto nació financieramente huérfano y ha sido sufragado con aportaciones de mucha gente. Unas eran de 50 euros, otras de más. De cada uno según su capacidad, que rezaba parte de una vieja aspiración de la izquierda. Luego, muy al final, llegaron ayudas institucionales.

Un sector de la izquierda de raíz sacristaniana sigue siendo de izquierdas y ayer llenó el altillo del Café Salambó, en Gràcia. Aquello estaba repleto de jerséis de lana y pantalones de pana que recubrían viejas esperanzas de transformación igualitaria. Esperanzas que, se diría, no han periclitado. Intervinieron, por orden cronológico, Miquel Riera (hijo) de la editorial El Viejo Topo; Salvador López Arnal, biógrafo de Sacristán y colaborador de Xavier Juncosa, que cerró el acto, y Vera Sacristán, hija del filósofo que agradeció tantos esfuerzos antes de afirmar que "han valido la pena".

El documental recorre la biografía de Sacristán y recoge algunas conferencias poco conocidas. La base principal son entrevistas con personas que lo trataron con frecuencia: los más allegados, los discípulos directos. Juncosa reconoció que los tuvo en cuenta, pero prefirió que la aportación al guión no procediera de "un hijo" putatitvo de Sacristán, sino de "un nieto": López Arnal, quien se encargó de los agradecimientos, con especial atención al pensador argentino Mario Bunge, cuya entrevista no pudo entrar, después de todo, en el documental. "Confiamos en transcribirla y publicarla", dijo. También evocó a quienes se han quedado por el camino: el cineasta Joaquim Jordà, el filósofo Juan Carlos García Borrón y el político Antoni Gutiérrez Díaz, entre otros.

Bajo la luz poco insistente del local se congregaron caras conocidas y otras menos famosas. Estaba Raimon y estaban Xavier Folch y Antoni Luchetti. Y Rafael Argullol y Marina Subirats. Y Paco Fernández Buey y Juan-Ramón Capella. Y muchos otros más, apiñados en un espacio que resultó corto, en torno a unos parlamentos que también lo fueron. Una brevedad compensada por la duración del documental. Pero es que Sacristán fue muchas cosas: filósofo y político, traductor y editor. Y también, dijo Juncosa, la excusa, el punto de partida argumental para narrar la historia cultural y política de Cataluña desde 1945 a 1985.

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