Más de 3.500 titulados optan a una plaza de especialización sanitaria

Los aspirantes se examinaron ayer para elegir una de las 964 plazas de Andalucía

En Cádiz, Granada y Sevilla, 3.524 personas, entre médicos, farmaceúticos, psicólogos y enfermeros, se enfrentaron a un examen para cubrir las plazas de residencia hospitalaria. De los resultados que obtengan dependerá que puedan pasar los próximos años en la especialización de su elección. La novedad este año consiste en una prueba de idioma para aquellos licenciados por una universidad cuya lengua oficial no sea el castellano.

Unos minutos antes de las cuatro de la tarde de ayer, todo eran nervios en la Universidad de Sevilla. Cerca de 1.500 personas se agolpaban frente a la facultad ...

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En Cádiz, Granada y Sevilla, 3.524 personas, entre médicos, farmaceúticos, psicólogos y enfermeros, se enfrentaron a un examen para cubrir las plazas de residencia hospitalaria. De los resultados que obtengan dependerá que puedan pasar los próximos años en la especialización de su elección. La novedad este año consiste en una prueba de idioma para aquellos licenciados por una universidad cuya lengua oficial no sea el castellano.

Unos minutos antes de las cuatro de la tarde de ayer, todo eran nervios en la Universidad de Sevilla. Cerca de 1.500 personas se agolpaban frente a la facultad de Derecho. Nada más abrir las puertas, los futuros residentes corrían a buscar el aula en que tenían que examinarse. En el caso de los aspirantes a Médico Interno Residente (MIR), la mayoría de los convocados, el cuestionario de 250 preguntas es el único camino para alcanzar la especialización requerida para ejercer. De esta prueba dependerá que puedan o no elegir su especialización. Los gritos de "¡suerte!" y los abrazos se repetían por los pasillos.

Muchos critican el examen. Dicen que no es justo jugarse los seis años de carrera a una carta, "pero de alguna forma hay que hacerlo, hay pocas plazas y así, por lo menos, somos todos iguales", dice Rocío Picón, de 24 años, y que aspira a hacer la residencia en Cardiología. Iguales, sí. Muchos se dieron cuenta de que entre los examinados estaba el futbolista Pablo Alfaro, dispuesto a cambiar la camiseta por la bata. Hubo un momento para la anécdota. Cuando le nombraron para entrar al aula, alguien gritó: "¡Eres nuestro líder!", el cántico que le dedicaba la afición sevillista cuando era el capitán del equipo.

Uno a uno, todos eran llamados a las aulas. Mientras, muchos repasaban sus apuntes. Rosa Gómez estaba más tranquila. "Me he tomado un betabloqueante [fármaco que disminuye la frecuencia cardiaca]", explica, y añade que el examen asusta porque "hay muchas preguntas impugnables, que ni siquiera un médico adjunto sabría contestar".

Otro de los que se quejan, ya es un veterano. Juan José Gómez, de 35 años, hizo el examen por segunda vez. "Si no apruebas el MIR no consigues trabajo, y es injusto, lo que se necesita es una formación dinámica durante la carrera". Su opinión la compartían muchos. Aseguran que faltan médicos, y que el sistema sanitario andaluz "necesita más especialistas para una buena atención al paciente".

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