Iberia y Spanair se enfrentan por el reparto de la Terminal Sur del aeropuerto de El Prat

La aerolínea de Gonzalo Pascual quiere resarcirse de la distribución de la T-4 de Barajas

La batalla por la T-4 de Barajas se traslada a la nueva terminal del aeropuerto de El Prat. Iberia ha comunicado a AENA que quiere alojar en la nueva terminal toda su actividad, incluido el puente áereo, y la de su participada de bajo coste, Clickair. Su principal rival es Spanair. Esta compañía, que se sintió perjudicada en Barajas, se ha comprometido a impulsar el aeropuerto barcelonés a cambio de una ubicación preeminente en la nueva infraestructura, que estará lista en 2008. El canje tiene todas las bendiciones de la Generalitat, aunque la decisión final depende de AENA.

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La batalla por la T-4 de Barajas se traslada a la nueva terminal del aeropuerto de El Prat. Iberia ha comunicado a AENA que quiere alojar en la nueva terminal toda su actividad, incluido el puente áereo, y la de su participada de bajo coste, Clickair. Su principal rival es Spanair. Esta compañía, que se sintió perjudicada en Barajas, se ha comprometido a impulsar el aeropuerto barcelonés a cambio de una ubicación preeminente en la nueva infraestructura, que estará lista en 2008. El canje tiene todas las bendiciones de la Generalitat, aunque la decisión final depende de AENA.

Iberia saca pecho. La aerolínea española de bandera se reivindica como el principal operador de El Prat, pese al repliegue de vuelos en Barcelona en favor de su participada Clickair, y ha reclamado a AENA -entidad dependiente del Ministerio de Fomento que gestiona los aeropuertos- alojar en la Terminal Sur toda su actividad, incluido el puente aéreo. Clickair lo ha pedido también de forma independiente, según fuentes conocedoras de estas negociaciones. AENA tendrá muy difícil contentar a todos: el puente aéreo de Iberia ya ocupa por sí sólo cuatro mostradores de facturación, una oficina de ventas, una sala VIP y tres puertas de embarque. La adjudicación del nuevo espacio estará decidida esta primavera.

Iberia, que prefiere pujar en este reparto sin hacer demasiado ruido, defiende que el recorte de vuelos anunciado en Barcelona no puede servir como argumento para desatender la demanda de la compañía que encabeza el tráfico en El Prat. La compañía transportó más de ocho millones de pasajeros hasta noviembre de 2006 en El Prat, frente a los 4,6 millones que transportó Spanair junto a la alemana Lufthansa, su principal socia de Star Alliance.

Spanair y sus aliadas cuentan como baza con un atractivo plan de expansión en Barcelona. Spanair se sintió el gran perdedor en el reparto de la T-4 madrileña hace dos años y no quiere que eso vuelva ocurrir. El presidente de la compañía, Gonzalo Pascual, aterrizó en diciembre en Barcelona para pedir algo parecido a lo que Iberia y sus aliadas en One World lograron en la T-4: una posición destacada en la Terminal Sur. "Consideramos que en otras ocasiones no hemos tenido igualdad de oportunidades; no pedimos ningún desagravio por el pasado, pero a partir de ahora queremos igualdad de oportunidades", destacó.

Pugna política

El pastel que se reparte es una superficie de algo más de medio millón de metros cuadrados -lo que viene a ser unas 80 veces el Camp Nou-, frente a los 121.600 metros de la actual Terminal Norte (A y B). Spanair y sus socios piden agruparse en una ubicación central en la nueva terminal, 60 mostradores de facturación -una tercera parte de los totales-, 20 o 25 puertas en la zona de embarque y una sala VIP de 800 metros cuadrados. La nueva terminal permitirá, entre otras cosas, reducir el tiempo de carreteo (desplazamiento desde el aterrizaje hasta el desembarque de la aeronave), de 15 minutos en la Terminal Norte.

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A cambio, Star Alliance promete hasta 2010 más de una veintena de nuevos vuelos desde El Prat a Casablanca, Argel, Trípoli y Moscú, entre otros destinos, así como la puesta en marcha de algunas rutas intercontinentales ansiadas por el aeropuerto barcelonés, por ejemplo, Bangkok. En resumen, Star Alliance se propone convertir El Prat en un hub o centro de interconexión de rutas para el sur de Europa, pero para ello cree "absolutamente necesario" contar con infraestructura.

El Gobierno catalán, aún dolido con Iberia por el repliegue de sus vuelos en Barcelona, defiende abiertamente el proyecto de Star Alliance y no quiere ser un convidado de piedra en el proceso. Esquerra Republicana (ERC) y Convergència i Unió (CiU) también presionan y se atreven a pedir a AENA "que no interfiera" en los planes de Spanair, en un momento en que se reclama que la gestión de los aeropuertos catalanes pase a la Generalitat.

Otras compañías -Easyjet y Vueling- también están interesadas en la nueva terminal, dados sus planes de expansión. "Confiamos en que AENA aplicará criterios profesionales y tomará la mejor decisión", explica el consejero delegado de Vueling, Carlos Muñoz. El director de Easyjet para España, Arnaldo Muñoz, advierte: "Pedimos que el reparto de la tarta refleje el verdadero crecimiento de El Prat, que ha venido por las compañías de bajo coste".

Obras de construcción de la nueva terminal del aeropuerto de El Prat.GIANLUCA BATTISTA

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