MIRADOR

Conferencia devaluada

Asistieron de nuevo todos los 17 jefes de los Gobiernos autonómicos a la Cumbre de presidentes convocada por José Luis Rodríguez Zapatero. Antes de la reunión, celebrada en el edificio del Senado, acudieron al vecino Palacio Real donde fueron recibidos por los Reyes. Hasta aquí el orden de una jornada sin mayores sobresaltos. Dado el ambiente político en este comienzo del año dicha normalidad supone casi un alivio, aunque era imposible que la tensión entre los dos grandes partidos que gobiernan la mayoría de las autonomías no se hiciera patente.

No obstante, el secretario de Estado de C...

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Asistieron de nuevo todos los 17 jefes de los Gobiernos autonómicos a la Cumbre de presidentes convocada por José Luis Rodríguez Zapatero. Antes de la reunión, celebrada en el edificio del Senado, acudieron al vecino Palacio Real donde fueron recibidos por los Reyes. Hasta aquí el orden de una jornada sin mayores sobresaltos. Dado el ambiente político en este comienzo del año dicha normalidad supone casi un alivio, aunque era imposible que la tensión entre los dos grandes partidos que gobiernan la mayoría de las autonomías no se hiciera patente.

No obstante, el secretario de Estado de Comunicación, Fernando Moraleda, tendrá que reconocer que algo se le fue la mano con la hipérbole cuando habló del valor demostrado por esta Conferencia de Presidentes como foro consolidado, instrumento de trabajo y de cooperación institucional.

En realidad sigue siendo poco más que un encuentro anual en precario de los presidentes autonómicos con el Gobierno central, sin que se adivinen mayores contenidos reales con la preparación y el trabajo previo necesarios para convertirse en realmente efectivo en la coordinación de los intereses de las autonomías.

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Estos encuentros no pueden sustituir una coordinación real y fluida entre las autonomías y el Gobierno central que debería producirse en el Senado, tras la reforma que está todavía pendiente, para tratar los conflictos y proyectos comunes en materias que van desde el agua a la inmigración, principales temas ayer. Pero ayer se vio que, como siempre, lo que se impone son los enfrentamientos partidistas. Enfrentamientos que, por cierto, son los que impiden esta reforma del Senado que convertiría la Conferencia de Presidentes en una institución importante de nuestra democracia.

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