Dieta urbanística para los alcaldes del PSOE

Después de años en los que la idea del crecimiento sostenible apenas ocupaba unos cuantos renglones en los programas y estrategias socialistas, el PSOE andaluz se propone ahora situar como una prioridad de su agenda política el crecimiento urbano ordenado y recuperar el urbanismo como un servicio público. Más de 700 cargos socialistas participan a partir de hoy en la Conferencia Política sobre el Desarrollo Sostenible, cuyo documento marco supone implícitamente una autocrítica sobre lo hecho estos años. Las conclusiones de este cónclave serán de "obligado cumplimiento" para sus alcaldes, a qui...

Después de años en los que la idea del crecimiento sostenible apenas ocupaba unos cuantos renglones en los programas y estrategias socialistas, el PSOE andaluz se propone ahora situar como una prioridad de su agenda política el crecimiento urbano ordenado y recuperar el urbanismo como un servicio público. Más de 700 cargos socialistas participan a partir de hoy en la Conferencia Política sobre el Desarrollo Sostenible, cuyo documento marco supone implícitamente una autocrítica sobre lo hecho estos años. Las conclusiones de este cónclave serán de "obligado cumplimiento" para sus alcaldes, a quienes la dirección socialista les dirige el mensaje de que no se puede crecer de manera voraz. "Se acabó la ciudad de los promotores", parece ser el lema de esta dieta urbanística.

No deja de ser una paradoja que el lugar escogido por la dirección del PSOE para pedir a los suyos "moderación de la expansión del espacio urbano" sea Marbella (Málaga), ciudad que ha protagonizado el más espectacular caso de salvajismo y corrupción urbanística de los últimos 15 años.

La elección del lugar, a nadie se le escapa, tiene que ver con la apuesta que ha hecho el PSOE para gobernar en esta ciudad. El documento de la Conferencia Política del PSOE no es un programa electoral, sino un documento estratégico -en el que han participado unas 2.500 personas-. Es decir, en él hay muchas reflexiones y pocas concreciones, con el que se persigue convertir la sostenibilidad en una de sus señas de identidad.

Sin embargo, entre sus conclusiones figurará una petición para que se cree un fondo autonómico al que puedan acudir los Ayuntamientos para que expropien suelos reservados a vivienda protegida que no se hayan construido en los plazos marcados por los planes. La expropiación ya figura en la ley andaluza de Vivienda y Suelo, pero la mayoría de los Ayuntamientos no tiene liquidez para hacer los depósitos de la expropiación al afectado o, si no, en los departamentos de Hacienda.

En 2003, los socialistas andaluces ya intentaron hacer de la sostenibilidad su lema, pero no ha sido hasta ahora -una vez que el presidente de la Junta, Manuel Chaves, ha situado el urbanismo responsable como una de sus principales preocupaciones-, cuando la apuesta va más en serio. En el documento, han colaborado las consejerías de Obras Públicas, Medio Ambiente y Turismo.

¿Qué es lo que pretende el PSOE con esta conferencia? Fundamentalmente, un cambio de mentalidad de sus alcaldes. Los socialistas gobiernan en 449 de los 770 municipios andaluces y el mensaje que quieren trasladar a sus responsables municipales es que "no se puede crecer de cualquier manera, de forma devastadora y desordenada", asegura el secretario de Organización, Luis Pizarro.

"En todo el documento se recoge la insatisfacción en el conjunto del PSOE sobre el modelo urbanístico y la necesidad de hacer un cambio donde prime la sostenibilidad, apoyar el crecimiento ordenado sin hipotecar el futuro y volver a la intervención pública. Se acabó la ciudad diseñada por los promotores, sino por las administraciones públicas", afirma Javier Torres Vela, que coordina la comisión sobre modelo de ciudad.

Andalucía, en 2020 tendrá unos 10 millones de habitantes, concentrados en nueve áreas metropolitanas, donde ahora vive el 70% de la población andaluza. En el documento se apuesta por la ciudad compacta y no extendida como "manchas de aceite", de manera que los ciudadanos vivan en lugares donde les garantice sus derechos sociales y los servicios. Ésta es la teoría, pero luego está la práctica diaria de los Ayuntamientos.

El urbanismo es la principal fuente de ingresos de los Ayuntamientos, los cuales firman convenios urbanísticos cuyas plusvalías no siempre se destinan a la mejora de la calidad de los ciudadanos, sino, en el mejor de los casos, a pagar gastos corrientes. Estos convenios no siempre se hacen con transparencia ni son llevados al pleno municipal. "Los convenios se han desprestigiado mucho, porque generan unas expectativas tremendas. Habría que propiciar la firma de contratos-programas en los que los Ayuntamientos, la comunidad autónoma y el promotor desarrollen barrios completos con todos los servicios", apuntan fuentes del Gobierno andaluz.

Estos son algunos de las líneas del documento marco, que se divide en cuatro apartados: desarrollo sostenible, ordenación del territorio, vivienda y modelo de ciudad y ciclo integral del agua.

- Desarrollo sostenible. Los socialistas plantean avanzar, más allá de la retórica, en la moderación de la expansión del espacio urbano. Hay que regenerar la ciudad ya existente. No a un urbanismo salvaje que favorezca a unos pocos.

- Ordenación supramunicipal. La adecuada gestión del territorio significa planeamiento urbano, pero también ordenación supramunicipal.

- Áreas metropolitanas. Establecer sistemas de consorcios y de cooperación interinstitucional de escala supramunicipal.

- Transporte público. Freno a la tendencias de crecimiento continuado de la movilidad de vehículos privados, origen de problemas ambientales, energéticos y de calidad de vida.

- Actividad económica. Se evitará el monocultivo de la actividad inmobiliaria residencial como único producto de la actividad económica del municipio.

- Plusvalías. Apuesta por que las plusvalías que genera el urbanismo se destinen a las políticas de vivienda, a la mejorar de la calidad de la ciudad y a la rehabilitación de los barrios y centros de la ciudad.

- Agua. Las nuevas demandas de agua sólo podrán satisfacerse mediante la reasignación de usos desde otros sectores, como el regadío o por nuevos recursos como la desalación o reutilización de aguas residuales.