Reportaje:

Un modernismo medio desconocido

Un libro recorre las obras del movimiento en la provincia de Barcelona, fuera de la capital catalana

Como viene siendo habitual, la Diputación de Barcelona termina el año con la edición de un libro. Esta vez le ha tocado al modernismo, pero se ha hecho con un punto de vista muy diferente de lo que suele ser normal en el tema. Se trata de un paseo por la provincia dejando de lado la capital. La ciudad de Barcelona es el gran museo de la arquitectura modernista, tanto por la cantidad apabullante de edificios que tiene como por su considerable calidad. Debido a ello, el resto de la provincia se queda siempre en un segundo plano o incluso en el anonimato. Por esto, ...

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Como viene siendo habitual, la Diputación de Barcelona termina el año con la edición de un libro. Esta vez le ha tocado al modernismo, pero se ha hecho con un punto de vista muy diferente de lo que suele ser normal en el tema. Se trata de un paseo por la provincia dejando de lado la capital. La ciudad de Barcelona es el gran museo de la arquitectura modernista, tanto por la cantidad apabullante de edificios que tiene como por su considerable calidad. Debido a ello, el resto de la provincia se queda siempre en un segundo plano o incluso en el anonimato. Por esto, Modernisme a l'entorn de Barcelona. Arquitectura i paisatge, de Raquel Lacuesta y Xavier González Toran, con fotografías de Lluís Casals, tiene un gran interés porque gira la mirada hacia el otro modernismo, el de pueblo, realizado a menudo en tono menor por muchos autores que construían con toda clase de lujo y ostentación en Barcelona. Este otro modernismo utilitario y modesto, en el mundo rural y en las poblaciones industriales de la periferia o las situadas en los cauces de los grandes ríos, y más fantasioso en los pueblos de veraneo, ha tenido por lo general menos suerte y ha ido desapareciendo cuando no ha sido tantas veces brutalmente rehabilitado, como la fábrica Giró de Badalona, reducida a una triste tapia.

En sus 450 páginas y su millar de ilustraciones, el libro de Lacuesta, González y Casals da un buen repaso por todas las poblaciones y presenta de una forma casi antropológica ese modernismo superviviente, de calidad desigual, extraordinario en más de una ocasión y medio desconocido, y sobre todo lo contextualiza en su lugar de origen dándole la significación que se merece en cada caso. El punto de vista de los autores es positivo y su obra políticamente correcta, pues se ha realizado para la Xarxa de Municipis y tiene que servir para levantar la autoestima de los ayuntamientos y ayudarles a conocer mejor su propio terreno. Por ello se han evitado las referencias a todo lo destruido o desfigurado.

No se trata de ninguna guía exhaustiva, sino de un entretenido viaje por el territorio dividido en tres itinerarios: la zona del litoral, el cauce del Llobregat y las comarcas entre montañas del interior. Hay lugares en los que proliferó el modernismo y otros en los que apareció escasamente; el libro quiere ser equilibrado y representativo, por esto se ha procurado que nada domine en exceso a pesar de relegar a un segundo plano obras interesantes de sitios Terrassa y La Garriga, entre otros, y en cambio potenciar otras de menor importancia de lugares más modestos y necesitados. Muchos edificios, e incluso autores, aparecen por primera vez en un libro de alta difusión.

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